Túnicas blancas, decisiones oscuras
-
Por Pedro Rodríguez
/
moviles@laprensa.com.uy
Hay cosas que, con el paso del tiempo, lejos de aclararse, se vuelven más difíciles de entender. Al cerrar un año y transitar los primeros diez meses del gobierno nacional del Frente Amplio, en Salto da la sensación de que hubiera pasado mucho más tiempo. Sin embargo, no es así. El clima político ha sido intenso, cargado de discusiones en todos los ámbitos, con posturas firmes, tensiones visibles y silencios que pesan.
Hoy quiero volver a hablar de un tema que vengo planteando desde hace años. Lo hago con respeto, pero también con firmeza. Y quiero ser claro desde el inicio: esto no es nada contra los profesionales del Hospital Regional Salto. Todo lo contrario. El hospital cuenta con excelentes cirujanos, médicos generales y especialistas que todos los días hacen un enorme esfuerzo por brindar atención de calidad, muchas veces con recursos limitados. Mi reconocimiento es para ellos.
Justamente por respeto a esos profesionales y, sobre todo, a los pacientes, no puedo callar.
Me refiero a la situación del médico cirujano Dr. Martín Salvatierra, quien fue retirado del quirófano del Hospital Regional Salto por una decisión política que, hasta el día de hoy, nadie ha explicado con claridad. Una decisión que considero injusta, dolorosa y profundamente contradictoria con la realidad del sistema de salud.
Estamos hablando de un joven profesional que cumple su función y la cumple bien. Un cirujano formado en el propio Hospital Regional Salto, un verdadero “hijo del hospital”, discípulo del Dr. Néstor Campos. Sin embargo, hoy está excluido del sistema de cirugía de ASSE, sin sumarios abiertos, sin sanciones probadas y sin respuestas públicas.
Según la investigación periodística realizada, al Dr. Salvatierra se le aplicaron dieciséis procedimientos administrativos. Dieciséis. Ninguno logró comprobarle falta alguna. Ninguno derivó en sanción. Entonces la pregunta es inevitable: ¿por qué no puede volver a su lugar natural de trabajo, que es el quirófano?
La contradicción se vuelve aún más grande cuando se reconoce públicamente que faltan especialistas, que es difícil traer especialistas, que el norte del país sufre un déficit histórico de recursos humanos en salud. En ese contexto, ASSE tiene a un cirujano con experiencia en patologías oncológicas trabajando en una UBA. Sin desmerecer en absoluto el valioso trabajo de las policlínicas barriales, cuesta entender esta decisión.
Mientras tanto, el Hospital Regional Salto arrastra retrasos importantes en cirugías, una situación que viene desde la pandemia y que aún no se ha logrado revertir. La solución adoptada ha sido derivar pacientes a operarse a Bella Unión. Una medida que expone una contradicción enorme y, para muchos, imperdonable.
Lo que más llama la atención es que esta política se mantiene aun con un nuevo escenario político. Incluso con referentes del Frente Amplio que conocen el hospital desde adentro, con experiencia de gestión hospitalaria aprobada. Nada cambió. Y eso obliga a preguntar.
¿Molesta que, en un breve período de gestión, se hayan logrado avances concretos, como la creación e inauguración de la emergencia pediátrica? ¿Hay detrás de todo esto una lucha de poder? ¿Es una disputa entre túnicas blancas o una pelea silenciosa de bisturíes?
Cuando no hay explicaciones, el silencio habla. Y cuando el silencio se prolonga, duele.
Aquí no se discuten cargos ni nombres por capricho. Se discute salud. Se discuten cirugías que no llegan, dolores que se prolongan y familias que esperan.
Aunque esta voz sea sola, aunque parezca una aguja en un pajar, voy a seguir preguntando.
Porque la salud no puede ser rehén de internas ni de revanchas.
Porque los bisturíes no deberían guardarse por razones que nadie se anima a decir.
Esto no termina acá.
Comentarios potenciados por CComment