Anotaciones Callejeras
Un veterano lector de nuestro diario nos hacía ayer una serie de comentarios muy interesantes sobre los diferentes barrios de Salto. Digamos ante todo, que este es un hombre que, gozando del bono que le otorga la Intendencia como jubilado, desde hace años dedica buena parte del día a pasear en ómnibus por toda la ciudad. No va a ningún lado en particular, simplemente gusta de subirse a diferentes líneas y disfrutar de los paseos. “Las cosas que se observan adentro del ómnibus y las que se ven por las ventanillas son una verdadera escuela, usted no se imagina lo que se aprende si se observa con atención”, nos comentaba.
Una de las cosas que decía es que hace algunas décadas, hablar de “barrios” (sea cual sea) alejados del centro era sinónimo de decir “calles de tierra”. Cómo hemos avanzado, porque ahora se ve bitumen por todos lados, aunque por supuesto que falta mucho todavía. Ahí hay un ejemplo positivo de crecimiento. Pero a la vez, nos hablaba de cambios negativos como este: “hace unos años, me acuerdo que había barrios que la gente sabía que eran difíciles de vivir, la gente los veía como peligrosos y te decía: no te vayas a meter ahí que es una cueva de delincuentes…Pero hoy no es así, cada vez hay más de todo un poco en todos los barrios, y fíjese que yo leo las crónicas policiales y continuamente hay hasta rapiñas en plena calle Uruguay y a cualquier hora”.
Otro tema del que nos hablaba es el de los árboles. Dice que le preocupa ver algunas zonas (sobre todo hacia el extremo este de la ciudad) donde se ha terminado con muchos árboles y no se han repuesto, o si se repusieron, los nuevos no prosperaron. Pero también, un comentario interesante que nos transmitía es que le sorprende “la cantidad enorme de diferentes especies que hay en todos lados, hay barrios que si usted observa en una misma vereda puede ver hasta tres y más especies distintas…¿Cualquiera puede plantar un árbol en la vereda y de cualquier tipo?”, se preguntaba. Creemos que no, pero es una buena pregunta que dejamos aquí planteada.
Cambiando de tema, seguimos escuchando quejas de personas que se molestan porque entienden que las tarifas que le cobran algunos taxis son muy altas. Pero claro, como dicen los taxistas, lo ideal es que se pida boleta, y en caso que la tarifa no esté acorde a lo que corresponde, hacer la denuncia en la Intendencia detallando matrícula del vehículo, horario del viaje, etc. Es la única forma de “no poner a todos en la misma bolsa” y a la vez de controlar la formalidad del servicio.
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