Durante su campaña presidencial, Yamandú Orsi definió a Venezuela como una "dictadura" y cuestionó su sistema electoral. Sin embargo, tras su victoria, las declaraciones del FA se han limitado a un comunicado que reconoció la "jornada electoral en paz" sosteniendo la necesidad de cumplir ciertas condiciones para garantizar la transparencia de los resultados. Entre estas, la publicación de las actas electorales y los informes de observadores internacionales como el Centro Carter y el Panel de Especialistas de Naciones Unidas. A pesar de estas afirmaciones, el FA evitó posicionarse explícitamente sobre la validez del nuevo mandato de Nicolás Maduro o la figura de Edmundo González Urrutia, reconocido por el gobierno vigente de Lacalle Pou como presidente electo de Venezuela.

La falta de una postura clara, interpretamos, responde a la necesidad del FA de mantener un delicado equilibrio interno. En los últimos años, la izquierda uruguaya ha tomado distancia del chavismo, reflejando una voluntad de desmarcarse de un modelo autoritario que ha generado profundas divisiones dentro de la coalición. Aún así, sectores radicales del FA, continúan respaldando al gobierno venezolano, mientras que otros grupos, como los Seregnistas, critican abiertamente las irregularidades del sistema electoral de ese país.

El manejo de esta situación, revela cómo el FA busca evitar conflictos que puedan erosionar su unidad interna en plena formación del nuevo gobierno. Pablo Álvarez, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del FA (Carifa), subrayó que "la prioridad es el armado del gobierno". Esta postura, aunque pragmática, también refleja una renuencia a tomar decisiones que podrían enfrentar a ciertos sectores de la coalición de izquierda.

En el contexto internacional, el silencio del FA también responde a un entorno geopolítico complejo. La relación con Venezuela ha sido históricamente un tema de controversia en la región, y cualquier definición podría tener repercusiones en las relaciones diplomáticas y comerciales de Uruguay. Orsi no ha confirmado si habrá representación venezolana en su asunción presidencial, y los únicos dirigentes uruguayos que asistirán a la juramentación de Maduro el próximo 10 de enero serán figuras históricas del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, como Héctor Tajam y Gabriela Cultelli.

Por otro lado, el posicionamiento del FA sobre Venezuela también pone de manifiesto las tensiones entre los ideales democráticos que la izquierda uruguaya ha defendido históricamente y la realidad de apoyar o criticar a un régimen que muchos consideran autoritario. En este sentido, el ex presidente José Mujica expresó su escepticismo hacia el sistema electoral venezolano, denunciando el fraude y la manipulación como prácticas recurrentes. Estas declaraciones reflejan el desencanto de algunos sectores del FA con el chavismo, aunque también subrayan la dificultad de traducir estas críticas en una posición oficial de la coalición.

La falta de definición del FA sobre Venezuela también tiene implicancias para el futuro de la política exterior uruguaya. Como presidente electo, Orsi enfrentará el desafío de equilibrar las expectativas de la comunidad internacional, las presiones internas de su coalición y las necesidades de una diplomacia pragmática que priorice los intereses nacionales. En este contexto, la estrategia de evitar un pronunciamiento claro puede interpretarse como una medida temporal para ganar tiempo y evitar divisiones que puedan comprometer la estabilidad de su gobierno en sus primeros meses.

En conclusión, la indecisión del Frente Amplio sobre la situación política de Venezuela refleja tanto la complejidad de sus dinámicas internas como los desafíos de gestionar una transición de gobierno en un contexto internacional polarizado. Aunque esta estrategia de ambigüedad puede ser efectiva a corto plazo, también plantea interrogantes sobre la capacidad del FA para articular una política exterior coherente y alineada con los principios democráticos que han definido a la izquierda uruguaya a lo largo de su historia.