Individualismo
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Por Gabriel Paique
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gabriel.paique@gmail.com
Basta abrir la ventana y observar como el individualismo va ganando sus espacios, donde cada actor intenta llevar adelante su idea, sin importar o compartir con los demás. Muchas veces el individualismo lleva a no sujetarse a las normas, tratar de imponer su punto de vista y esto hace que la sociedad como tal, cada vez vaya mostrando una mayor “grieta”. Con una división cada vez más importante y en un mundo donde las estrategias son parte de el “circo de la vida”, que muchas veces nos “arrastra”, casi que sin darnos cuenta.
Están aquellos que exigen y los que ceden, no ofrecen mayor resistencia, para tratar de complacer los reclamos, más allá que muchas veces la realidad es justamente la de tratar de mantener el pulso firme. Es algo que también lo vemos diariamente y el mundo de intereses personales, ceder es mejor que mantener la idea, sobre todo cuando los números son los que marcan siempre el rumbo. Cuando uno cede, sabe que deberá ir en busca de nuevos recursos, para complacer a aquellos que cuentan con su razón, pero las realidades muchas veces después golpea la puerta.
En más de una oportunidad hemos escuchado la falta de liderazgo firmes y lo podemos observar también a través de la ventana que diariamente abrimos en nuestra manera de caminar. Liderar no significa que le marquen el rumbo o que simplemente sea una figura que quede siempre en segundo o tercer plano. El líder tiene que por sobre todas las cosas, ser el capitán del barco, más allá que las olas en algún momento lo lleven de un lado a otro.
En este mundo tan cambiante y una región que muestra constantemente cambios a la hora de tomar decisiones, donde siempre va de acuerdo a lo que marca el bolsillo de cada uno, lo que se llama la economía, que también es lo que marca los momentos más importante de los países o regiones.
En este último tiempo, los números se pueden ver de forma más clara y eso también lleva a el humor de cada ciudadano, que puede tener de los mejores o de los otros, dependiendo la situación.
Claro, que el individualismo no es único, sino que permite también, dependiendo de la estrategia, lograr contar con un gran número de personas que sigan el camino que les parece el correcto y es lo que va mostrando que más allá de la idea, la realidad es la que tiene que predominar, caso contrario se transforma en un “boomerang”, por lo que se tiene que manejar con el cuidado necesario para no poder el potencial.
Quizás siempre el individualismo fue parte de nuestra historia, pero con líderes que sin duda eran la cara visible de la idea y eso es lo que por otra parte es necesario para lograr los grandes acuerdos que permitan llevar el barco a los mejores puertos.
El individualismo también se encuentra en cada uno de nosotros, que buscamos en algún momento recortar el camino para llegar más rápido a los objetivos y nos olvidamos que somos parte de una sociedad.
En este mundo cada vez más competitivo y donde cada uno intenta sacar su ventaja, que sabe que de lograrla, otros no quedaran o la recibirán de la mejor manera. En este caso es cuando las instituciones son la parte más importante y la letra fría de las leyes, esas que muchas veces nos sorprenden en algún momento de nuestras vidas.
La mirada debe apuntar más allá de lo individual, al gran objetivo colectivo y encontrar las herramientas que nos igualen para arriba, no para abajo.
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