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Un gran tema de la inteligencia artificial que venimos analizando es que los estudiantes de escuela, liceo y nivel terciario son jóvenes en su inmensa mayoría, son por lo tanto nativos digitales y manejan mejor las herramientas informáticas por lo que se pueden apoyar en la IA para hacer trabajos pero esto disminuye la capacidad de evaluación del docente que debe volver a las pruebas en el aula, al trabajo escrito, a la clase dada en el aula para evitar que desde la IA les hagan trabajos de todo tipo  y todo color que es una forma de copiar a la larga.

El 30 de noviembre del año 2022, se puede marcar como un punto de inflexión en la historia en cómo se utiliza y utilizará el internet desde ese entonces, ya que ese día fue cuando OpenAI lanzó Chat GPT. OpenAI es una empresa de investigación y despliegue de inteligencia artificial fundada en 2015, inicialmente sin ánimo de lucro. Su misión original era asegurar que la inteligencia artificial fuese desarrollada como código libre y en beneficio de toda la humanidad. No obstante, en 2019 se convirtió en una empresa híbrida, con una entidad sin ánimo de lucro y otra con fines lucrativos.

GPT-3 es uno de sus proyectos y de los modelos de lenguaje más avanzados, capaz de realizar tareas de generación de texto, traducción automática, resumen de textos, entre otras. Así mismo, son desarrolladores de Codex, un modelo derivado de GPT-3 diseñado para comprender y generar código de programación. DALL-E un modelo capaz de generar imágenes a partir de descripciones textuales. En los últimos años con el boom que significó el lanzamiento de Chat GPT, la integración de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito educativo ha comenzado a transformar la forma en que se enseña y se aprende. Ya que esta ofrece una amplia gama de funciones que pueden mejorar significativamente la experiencia educativa. Uno de los usos más destacados en la educación es la tutorización inteligente. Estos sistemas pueden personalizar el aprendizaje para cada estudiante, ajustando el contenido y el ritmo según sus necesidades específicas. Por ejemplo, si un estudiante tiene dificultades con las fracciones, el sistema puede proporcionar ejercicios adicionales y explicaciones detalladas para ayudar a la comprensión del tema. Este enfoque personalizado puede aumentar el compromiso del estudiante y mejorar sus resultados. Otra función presente en la IA es la evaluación automatizada. Las herramientas de IA pueden corregir tareas y exámenes de manera rápida y precisa, proporcionando retroalimentación inmediata a los estudiantes. Esto no solo ahorra tiempo a los profesores, sino que también permite a los estudiantes aprender de sus errores en tiempo real, lo que puede acelerar el proceso de aprendizaje. La analítica de aprendizaje es otra área donde la IA está teniendo un impacto significativo. Ya que, al analizar grandes volúmenes de datos educativos, la IA puede identificar patrones y tendencias que pueden ayudar a los educadores a mejorar sus estrategias de enseñanza. Por ejemplo, si se detecta que un grupo de estudiantes tiene dificultades con un concepto específico, los profesores pueden ajustar su enfoque para abordar esas áreas problemáticas de manera más efectiva. Los asistentes virtuales también están ganando popularidad en el ámbito educativo. Estos chatbots pueden responder preguntas frecuentes de los estudiantes, ayudándolos a resolver dudas rápidamente y liberando tiempo para que los profesores se concentren en tareas más complejas. Además, las plataformas de aprendizaje basadas en IA pueden recomendar recursos educativos personalizados, como artículos, videos y ejercicios, que se ajusten al nivel y los intereses del estudiante. Estas son algunas funciones y características presentes en las IAs actuales, funciones que facilitan de cierto modo, las experiencias de aprendizaje de parte del alumnado y docentes.

Sin embargo, existen también su contraparte, donde esas características pueden atentar en contra de la educación, ya que la inserción de la IA en la educación presenta varios desafíos y obstáculos a superar. Una de las principales preocupaciones es la desigualdad educativa. No todos los estudiantes tienen igual acceso a la tecnología y a internet, lo que puede exacerbar las brechas existentes. La dependencia de la tecnología también puede agravar la brecha digital entre estudiantes de diferentes entornos socioeconómicos. La excesiva dependencia de la IA puede llevar a una reducción de la interacción humana, que es esencial para el desarrollo social y emocional de los estudiantes. Además, existe el riesgo de que los estudiantes lleguen a depender demasiado de la tecnología para resolver problemas, lo que podría disminuir su capacidad de pensar críticamente y resolver problemas por sí mismos.

 

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