Tareas pendientes en los jóvenes
-
Por el Lic. Fabián Bochia
/
fbochia@laprensa.com.uy

Venimos analizando el tema de la salud mental en la adolescencia y la juventud y sus implicancias en tantas problemáticas que conocemos y nos lastiman como sociedad. Incluso se están desarrollando en nuestra ciudad actividades destinadas a atender esta problemática pues hemos sufrido sucesos trágicos por el flagelo de la depresión, drogas, abandono educativo, aislamiento y soledad respecto a a la familia de los muchachos, lo que genera una espiral negativo que luego todos sufrimos.
La salud mental adolescente y juvenil debe ser entendida en el marco de su ciclo de vida. Las trayectorias juveniles son dispares, y la ocurrencia de ciertos eventos relevantes en la transición a la adultez deja de tener un orden sistemático o una linealidad para convertirse en un ida y vuelta, en una búsqueda de varios proyectos de vida. Asimismo, “Las relaciones de adolescentes y jóvenes con el mundo adulto son producidas en el marco de relaciones de poder entre diferentes clases de edad, lo que produce formas hegemónicas de habitar espacios, formas de vida, de ser, pensar, sentir y hacer." Los «valores adultos» se posicionan en el centro y desde allí proyectan expectativas, roles, permisos y prohibiciones hacia las poblaciones no adultas (Duarte, 2012).
Sin dudas un aspecto influyente en la salud mental de los adolescentes y jóvenes es el mundo moderno, la globalización y lo que esto implica. Autores como Giddens y Ritzer se refieren al tema del éxito y fracaso en la actualidad. Desde la perspectiva de Anthony Giddens, la presión actual sobre los jóvenes surge de la necesidad constante de construir y reconstruir sus identidades en un contexto de globalización y modernidad reflexiva. Esta construcción continua está influenciada por estándares sociales de éxito, belleza y consumo, generando ansiedad y estrés al intentar cumplir con expectativas altas. Las redes sociales amplifican esta presión, convirtiendo el fracaso en una amenaza para la identidad, lo que lleva a una mayor individualización y soledad.
Por otro lado, George Ritzer, a través de su concepto de “mcdonaldización”, explica cómo la vida de los jóvenes está cada vez más estructurada por la eficiencia, el control y la cuantificación, lo que genera una obsesión por el rendimiento. El éxito se convierte en una mercancía que debe ser obtenida, lo que incrementa la presión por consumir y "tener lo último", con el fracaso percibiendo como un fallo personal. Sugiere que esta cultura de la "mcdonalización" crea un entorno donde las personas se sienten obligadas a cumplir con estándares de éxito que son a menudo inalcanzables.
La búsqueda constante de la eficiencia y la competitividad puede llevar a una deshumanización, donde los individuos son valorados más por su capacidad de producir y consumir que por su creatividad o autenticidad. Además, Ritzer menciona que esta situación puede resultar en una "jaula de hierro" de racionalización, donde las personas se sienten atrapadas en un sistema que prioriza la eficiencia sobre la calidad de vida y la satisfacción personal.
La presión por estar a la vanguardia en términos de consumo y apariencia puede generar ansiedad y un sentido de desempeño académico insuficiencia, especialmente entre los jóvenes, quienes son bombardeados con imágenes de éxito y perfección a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Ambos enfoques muestran cómo la modernidad y la racionalización transforman la relación de los jóvenes con el éxito, el consumo y la identidad, afectando gravemente su salud mental y desempeño académico. La presión por cumplir expectativas genera ansiedad, estrés, y contribuye a problemas como el perfeccionismo, el aislamiento y la depresión. A nivel académico, los jóvenes experimentan agotamiento y una desconexión del aprendizaje genuino, enfocándose en metas extrínsecas, lo que deteriora su rendimiento y autoestima.
Comentarios potenciados por CComment