Señor Director de La Prensa: Le escribo estas líneas mientras espero cuál será mi destino. Tengo 55 años y sé que a esta edad es muy difícil conseguir trabajo. Estoy entre los 292 que quedamos afuera. Quiero contarle que milité como nunca. Repartí volantes, fui a actos donde hasta pasaban lista y si no iba, podía peligrar mi trabajo. Muchas veces fui cansado, pero igual estuve. También caminé barrios enteros apoyando. Sin embargo, hoy me siento olvidado.