La Federación de Organizaciones de la Discapacidad (creada en 2024 y miembro del Movimiento Latinoamericano de Personas con Discapacidad), que tiene representantes en Salto, hizo llegar a LA PRENSA en la jornada de hoy una declaración en el marco del Mes de la Mujer, donde aborda temas como el feminismo y las discapacidades. Dice la proclama en una parte: “…alzamos nuevamente nuestra voz, no solo como mujeres, también como mujeres con condiciones de discapacidad, desde la diversidad funcional, como madres, Asistentes Personales y Cuidadoras de mujeres en situación de discapacidad, enfrentando la lucha por la equidad y por la verdadera inclusión social”.

Feminismo, género, generaciones, discapacidad...

“Somos mujeres con plenos derechos según las leyes vigentes -continúa- especialmente la Constitución y las Nº18.651 y 18.418, pero nuestra batalla continúa para reivindicar el derecho a ser reconocidas como personas con equidad en las oportunidades para ejercer el derecho a la participación activa en nuestra sociedad. Vivimos la violencia de la fuerza física, la coerción económica, la intimidación, la manipulación psicológica, el abuso y la desinformación.

Demandamos: NO a la discriminación por razones de género, generaciones y discapacidad. Requerimos acceso a la salud, a una atención informada, a una comunicación respetuosa y correcta en cada circunstancia, en las ciudades como en las ruralidades...”.

Lo inadmisible

“Son inadmisibles, en los diferentes organismos, y en los medios de comunicación social: la existencia de barreras en el entorno físico, y la incomunicación con las mujeres sordas, con las mujeres ciegas, con las mujeres autistas neurodivergentes, y con quienes requieren una lectura fácil y un lenguaje más pausado. Exigimos el acceso a la educación, tenemos el derecho a aprender los conocimientos básicos y más, las habilidades básicas y más, así como a desarrollar nuestras potencialidades. Por tanto, los docentes de los diferentes niveles de la enseñanza, desde la primaria hasta la universidad, deben estar capacitados para enseñarnos, sin la excusa: el obstáculo es la discapacidad”.

Principales dificultades

Expresa en otro pasaje: “nos enfrentamos continuamente a la falta de empleo, a salarios inferiores, y a inadecuadas condiciones en los lugares de trabajo, incumpliéndose una vez más con la normativa vigente. Las políticas sociales fomentan la dependencia, generando una realidad estructural indiferente al ejercicio de nuestra autonomía y vida independiente, ignorando que la autonomía y la independencia son derechos, no son privilegios. La seguridad y protección social debe ser efectiva en sus estrategias contra el abuso y la violencia, con especial atención cuando sucede en el entorno familiar contra niñas y mujeres mayores”. Y finaliza a modo de reflexión: “Ser mujer y vivir la discapacidad no significa que las demás personas puedan decidir sobre nuestros cuerpos, sobre nuestras mentes y sobre nuestro futuro. Una vez más reivindicamos: Nada sobre nosotras sin nosotras"