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En una extensa entrevista concedida en el Streaming de Diario La Prensa el ministro de Educación y Cultura del Uruguay, José Carlos Mahía, repasó su vida personal, sus metas de gestión y su lectura del panorama político nacional. Con un tono distendido y reflexivo, Mahía entrelazó anécdotas familiares, su historia militante y las líneas estratégicas que busca impulsar desde su cartera.

De las raíces familiares al compromiso público

Mahía comenzó evocando a su padre, un trabajador de la histórica empresa Campomar y Soulas, símbolo de la industria textil uruguaya. “Viajaba todos los días desde Las Piedras a Montevideo, vendiendo frazadas que hoy ya no existen. Eso te marca. Aprendí de él la importancia del trabajo y del esfuerzo intelectual constante”, expresó el ministro.

Cuatro metas esenciales

Con esa misma impronta, Mahía asegura que asumió su cargo con un espíritu de transformación, “Cuando tomé posesión del ministerio me propuse cuatro metas esenciales, la creación de la Universidad de la Educación, la reactivación de los consejos desconcentrados, la renovación de los centros MEC con un perfil distinto y la reglamentación de la ley del teatro”.

Universidad de la Educación

Sobre la Universidad de la Educación, Mahía confirmó que el proyecto ya está redactado y en trámite parlamentario: “No depende sólo del gobierno porque requiere mayorías especiales, pero está en camino”, señaló. Según el ministro, los recursos existen porque “ya está la estructura de formación docente y los centros universitarios regionales”.

“El Frente Amplio es el Ballismo del siglo XXI”

En un pasaje de la entrevista que generó gran repercusión, Mahía reafirmó una comparación que había realizado tiempo atrás: “Sigo sosteniendo que el Frente Amplio es el Batllismo del siglo XXI”. La afirmación, que puede parecer provocadora, tiene para él una explicación histórica. “El Batllismo marcó el siglo XX porque definía la agenda pública. El Frente Amplio hizo lo mismo en el siglo XXI, marcó la agenda, y los demás se posicionaron a favor o en contra de sus propuestas”. Para Mahía, los gobiernos frenteamplistas de Tabaré Vázquez y José Mujica transformaron el país con reformas estructurales, “El IRPF, el FONASA, las leyes de cine, de derechos civiles, de matrimonio igualitario… esas son marcas profundas. Como en su momento el Batllismo impulsó la ley de ocho horas o el divorcio, el Frente dejó su huella en la sociedad”. El ministro subrayó que no se trata de una cuestión partidaria, sino de impacto histórico, “Te puede gustar o no, pero el Frente Amplio marcó la agenda pública del país, igual que lo hizo el Batllismo hace cien años”.

De profesor y periodista a legislador

Con tono cercano, Mahía recordó sus inicios en la militancia y su paso por distintas etapas políticas. “Comencé en el 84, con 18 años, en la lista 99 de Batalla. Luego me quedé en el Frente Amplio, pasé por Asamblea Uruguay y terminé siendo diputado por Canelones en el 94. Fue un proceso natural”, relató. El ministro, profesor de historia de formación, también contó una curiosidad poco conocida, estudió periodismo en el Instituto IPEP, cuando aún no existía la carrera de Ciencias de la Comunicación. “Me gustaba comunicar, hablar con la gente. De algún modo, eso siempre se mantuvo en mi vida política”. Con humor, recordó su etapa vendiendo vino antes de ingresar al Parlamento. “Vendía vino, pero no sé si era tan bueno como dicen”, bromeó entre risas con el entrevistador.

Educación, participación y pluralidad

Consultado sobre la polémica frase de José Mujica acerca de los sindicatos de la enseñanza, Mahía fue claro, “No comparto esa visión. Los sindicatos defienden intereses legítimos; yo represento el interés general. Son roles distintos y hay que respetarlos”. El ministro reivindicó la participación docente en los consejos de educación, aunque con una mirada más amplia: “Prefiero que estén dentro, participando, que afuera criticando. Pero además, enviamos un proyecto de ley que incorpora también a familias, empresarios y actores del mundo del trabajo, para tener una visión más plural y moderna”. Reconoció que el actual período de gobierno presenta desafíos inéditos, “Desde 1985, quien ganaba las elecciones tenía mayoría propia. Hoy no. Eso obliga a negociar, a administrar de otra forma. Es una nueva etapa para el país”.

El desafío del interior, Salto como ejemplo

El ministro destacó el papel del Centro Universitario Regional (CENUR) Litoral Norte, con sede en Salto, que actualmente supera los 8.000 estudiantes. “Eso convierte a Salto en una verdadera ciudad universitaria”, afirmó. Sin embargo, admitió las limitaciones presupuestales, “No hay posibilidad de aumentar recursos, sólo de redistribuir. Pero aun así, el presupuesto asignado por este gobierno es superior al de la administración anterior”. Mahía remarcó que el 35% del incremento presupuestal se destina a educación, lo que representa “casi el doble de lo que se asignaba en 2020 en pesos constantes”.

Descentralización cultural y nuevos espacios MEC

En materia cultural, el ministro anunció un giro estratégico, “Vamos a priorizar la descentralización y el interior. No volvemos exactamente a los antiguos centros MEC, pero sí a la territorialización de la cultura”. El nuevo modelo busca combinar acceso cultural, educación e innovación tecnológica. En Salto, adelantó, se inaugurará un espacio MEC dentro de una estructura estatal compartida. “La idea es aprovechar recursos, crear sinergias y llevar cultura donde el Estado no llega”, explicó. Además, el ministerio lanzará un ‘MEC Móvil’, un vehículo equipado con tecnología que recorrerá pequeñas localidades llevando actividades educativas y culturales. “No se puede estar en todos lados con edificios, pero sí podemos llegar con este modelo itinerante”, añadió.

Salto Grande y el desarrollo regional

Sobre la represa de Salto Grande, “Produce más del 40% de la energía hidráulica del país, pero los beneficios para la región son escasos. Ojalá se transforme en una fuente real de desarrollo regional”. Prefirió no profundizar en los recientes conflictos por presuntas irregularidades en la delegación uruguaya, “Es un organismo binacional muy complejo, con su propia lógica. Lo importante es que funcione bien y beneficie a la gente”.

Un político con experiencia y serenidad

Mahía se permitió una reflexión personal. “Me gusta ser auténtico, hablar sin libreto. Llevo muchos años en la actividad política y trato de vivirla tranquilo conmigo mismo”. Entre risas, recordó que, tras el retiro de Luis Alberto Heber, se ha convertido en el parlamentario con más antigüedad del sistema político: “Fui el más joven y ahora soy el más veterano. Así es la vida, como dice el tango, las nieves platearon mis sienes”.

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