
La previa de Salsipuedes (III)
- Por Jose Ramón Montejo

Resaltan algunos robos y asaltos. El juez de Cerro Largo informó que a Deonisio Gómez y su familia además de robarles los vacunos y caballos, y completamente todo, los damnificados "lograron escapar sólo con la ropa del cuerpo". En otro caso, el Cnel. Eugenio Garzón informa a Rivera sobre el robo al vecino Gerónimo Jacinto: "Este acontecimiento y otros semejantes, que repetirán los indios, probarán la necesidad de separar a los charrúas del territorio que ocupan y reducirlos a un nuevo orden de vida y costumbres."
También hubo robos con muertes. En Salto, al robar 400 vacunos y toda la caballada de José Canto en Cañas, degollaron a un huésped de 9 años y desaparecieron a un peón de 16 años. "El muchacho más joven lo hallaron degollado al pie de la misma picada con las manos todas tajeadas, sin dudas en deligencia de desviar el cuchillo. El capataz y los peones se amedrentaron y no se atrevieron a entrar por la picada..." Canto concluye que en la acción participaron no solo charrúas, aspecto denunciado también en otros asaltos. Este hecho con muertes de un niño y de un adolescente seguramente contribuyó a colmar el vaso.
Proceder contra las indios bravos
Rivera en 1824 recibió órdenes de Lecor para proceder contra los indios "bravos", a lo cual respondió respondió "no creo en la política de exterminio de los virreyes ... mejor es educarlos, suministrarles instrumentos de labranza, ganado para subsistir y conservar su oriundez preciosa ".
Lavalleja advirtió a Rivera sobre los indios
También Lavalleja había advertido a Rivera en febrero de 1830: "Dejados estos malvados a sus inclinaciones naturales y no encontrando freno que los contenga se librarán sin recelo a la repetición de actos similares al que nos ocupa y que les son familiares ... recomiendo altamente al señor General la más pronta diligencia en la conclusión de este asunto, en que tanto se interesa el bien general de los habitantes de la Campaña".
No podían admitirse las tolderías
Resulta obvio que no podía admitirse más la toldería como centro de operaciones de los asaltos y de refugio de los bandidos criollos, y sus consecuencias de delincuencia sangrienta y descarada, de unos y otros mancomunados. Rivera ordenó convocar a todos los caciques y su gente, seguramente porque las tratativas por separado no habían conducido a un resultado de plena tranquilidad y seguridad para la campaña, aspecto fundamental para el fomento de la campaña como lo señalara Artigas ya en el nombre del Reglamento de Tierras de 1815.
Caciques comprometidos con la paz y el orden
Es interesante ver qué ocurrió con aquellos caciques que se habían comprometido con el Tte Cnel Felipe Caballero. Perú no estuvo en Salsipuedes. Juan Pedro y Brun sí estuvieron, pero seguramente no participaron de la lucha, fueron de los que se entregaron o fueron capturados y sus vidas fueron respetadas. Fueron distribuidos, al igual que los demás 300 prisioneros, con determinados destinos y bajo ciertas condiciones. Juan Pedro fue a trabajar con el Gral. Laguna, en el establecimiento rural de este. Murió años después por otras circunstancias.
(Continuará)
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