Lucía Tenca, profesora de danza con una destacada trayectoria, compartió su visión sobre el impacto de la danza en Salto. Según ella, la localidad siempre ha sido un semillero de talentos, con un abanico de estilos que va más allá del ballet clásico, incorporando disciplinas como danza jazz, urbana, contemporánea, afro y candombe, entre otras.

“Salto es cuna de la danza”, destacó Tenca. La profesora subrayó que este desarrollo no sería posible sin el esfuerzo de profesionales dedicados que introducen constantemente nuevas tendencias y mantienen el arte en constante evolución. “Hoy, cualquiera puede estudiar la danza que desee, sin limitarse a un solo estilo”.

La danza como formación integral y estilo de vida

Más allá de los pasos de baile, Lucía enfatizó que la danza es una disciplina integral. “No solo es físico, también abarca lo emocional”, explicó, mencionando que el aprendizaje incluye teoría, historia del arte, anatomía y psicología. Además, destacó el compromiso requerido para completar una carrera de danza, que puede durar hasta 10 años.

“Es una formación completa que transforma a las personas desde su infancia hasta la adultez. Las niñas comienzan con tres o cuatro años y pueden continuar hasta los 18 años para obtener su título”, explicó. Además, la profesora comentó cómo la danza construye confianza, fomenta la disciplina y desarrolla una personalidad resiliente y decidida en quienes la practican.

Lucía también resaltó el valor del esfuerzo y la perseverancia. “Cuando una estudiante recibe su título con lágrimas en los ojos y sus padres expresan orgullo, es porque el sacrificio valió la pena”, dijo emocionada. Según la docente, incluso aquellos que toman la danza como un hobby deben comprometerse, ya que el trabajo grupal y la disciplina son esenciales.

Reconocimientos internacionales y el impacto de la enseñanza

La trayectoria de Lucía Tenca ha sido reconocida en múltiples ocasiones. Este año, recibió importantes galardones de organizaciones como la Confederación Interamericana de la Danza (CIAD), tanto en Uruguay como en Argentina, así como de Soul Dance, una asociación de danza que la destacó por su participación en eventos y su contribución al arte.

Sin embargo, Lucía se mantiene humilde y agradecida. “Estos reconocimientos son mimos al alma”, comentó. Recordó emocionada sus inicios, cuando fue seleccionada como finalista en los premios culturales Julio Sosa, una experiencia que atesora a pesar de no haber tomado en su momento la dimensión de su importancia.

Además de su propio desarrollo, la profesora ha contribuido al intercambio cultural internacional, enviando a sus alumnas a participar en programas en países como Ecuador. “Siempre buscamos estar en contacto con el mundo y aprender de otras culturas”.

El mensaje de una referente: “La danza sana”

Para Lucía, la danza no es solo un arte, sino también una herramienta de sanación física y emocional. Su mensaje para las nuevas generaciones es claro: “Acérquense, prueben y descubran lo que la danza puede hacer por ustedes”.

La academia dirigida por Lucía, ubicada en Washington Beltrán y Cervantes, se caracteriza por ofrecer un ambiente cómodo y adaptado a las necesidades de estudiantes de todas las edades. Con dos salones amplios, vestuarios y un espacio acogedor, la academia se prepara para iniciar las actividades de 2025 a partir de febrero, tras el receso de enero.

“Respetar el tiempo de descanso es fundamental para los alumnos y los docentes”, explicó. Al reiniciar las actividades, su equipo participará en cursos internacionales en Concordia, consolidando el compromiso con la excelencia.

La conexión entre el arte y la vida

La entrevista concluyó con un compromiso: volver a conversar con Lucía cuando inicien los nuevos cursos en febrero, para conocer las novedades y planes de la academia. “Siempre hay algo nuevo que ofrecer”, dijo la profesora, dejando entrever su constante búsqueda de innovación.

El legado de Lucía Tenca no solo está en sus títulos y reconocimientos, sino en las vidas que transforma a través de la danza. Con cada paso, guía a sus estudiantes hacia el descubrimiento personal, el compromiso y la expresión artística, demostrando que la danza es mucho más que un arte: es un estilo de vida.