Playas privadas
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Por Leonardo Vinci
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joselopez99@adinet.com.uy
El profesor José Buslón- en declaraciones a LA PRENSA- se refería ayer a la ocupación de espacios públicos a los que poseedores privados limitan su acceso. Sobre el tema, digamos que, años atrás- en 2016- a raíz de la venta de 1.500 metros de la Playa San Francisco de Piriápolis, el entonces director de Ordenamiento Territorial del Ministerio de Vivienda, Salvador Schelotto, aseguraba que "las playas en Uruguay son de libre acceso.” Y el alcalde de Piriápolis, Mario Invernizzi, decía que “La playa y los lugares protegidos están garantizados por la ley de Ordenamiento Territorial".
Señalaba que, además, “existen leyes de amparo a las playas”, porque no pueden ser privatizadas y se debe permitir el acceso a la costa”. Aclaraba, por otra parte, que “la playa no se puede alambrar.”
A su vez, en el año 2021, edil del Partido Socialista en Colonia José Luis Pittamiglio se refería a estos temas y decía que “Las directrices de Ordenamiento Territorial de Colonia tienen el mismo valor que una ley dentro de los límites departamentales.”
Y, criticando a la Intendencia de su Departamento, citaba normas vigentes en esos días, recordando que las mismas decían “Se asegurará la accesibilidad pública a la ribera y su libre tránsito peatonal”.
Agregaba el Curul: “Textualmente eso es lo que dicen las directrices y es eso exactamente lo que la Intendencia de Colonia no se ha preocupado por poner en práctica. Porque cuando hablamos de accesibilidad pública, lo que estamos queriendo decir es que el público pueda acceder con facilidad, disculpen ustedes la redundancia.
Si un pescador va rumbo a la playa por un camino vecinal en muy mal estado y se encuentra con que 200 metros antes de llegar a la costa hay un cerco con el simpático cartelito que reza: “Prohibido pasar – propiedad privada”, es porque algo ha salido mal.
Porque cuando la ley habla de asegurar la accesibilidad, significa que si no es por ahí, será por otra calle cercana. Pero el pescador o quien sea no debería verse en la situación de volver atrás sin poder llegar a la costa.
Porque la costa no es privada y tiene que tener accesos públicos. Si los viejos caminos que antes llevaban a las preciosas playas de Colonia ahora están clausurados por alambrados o porteras, quiere decir que la accesibilidad a las costas no está siendo asegurada por quienes tienen que hacerlo.
Todos repetimos en orgulloso coro: “En Uruguay no existen playas privadas”. Pero resulta que para acceder a la mayor parte de las playas de Colonia hay que recorrer kilómetros de caminos en mal estado que se interrumpen antes de llegar a la costa. Es decir: hay playas privadas. Porque si anulamos los caminos que conducen a la costa, la gente no puede llegar. Y en ese caso, el dueño de los campos linderos se convierte, en los hechos, en el único que puede disfrutar de ese espacio.
Por eso no deberemos extrañarnos cuando algún empresario compra un predio, construye un hotel y le queda la playa a su disposición. Playa privada que no es privada, con caminos costeros que no llegan a la costa. Nos alegramos porque nuestras leyes prohíben las playas privadas, pero ni la Intendencia ni el gobierno nacional nos garantizan que sean públicas.
Si llegar hasta la playa se convierte en una especie de viaje a lo desconocido, perdiéndose por mil caminos en muy mal estado que terminan en una portera infranqueable, entonces no me vengan con el cuento de las playas públicas. Sería importante que el intendente cumpla con la ley, porque la gente tiene derecho a disfrutar de nuestras costas.”
Interesantes opiniones que nos llevan a reflexionar sobre un tema que también interesa a los salteños.
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