En Argentina, ayer fue uno de los días más eufóricos para el gobierno de Javier Milei. Se conoció el dato de inflación de octubre, que dio 2,7%, la cifra más baja en tres años. Y, en simultáneo, logró una victoria política al frenar la avanzada de la oposición en el Congreso, que quería limitar la posibilidad de que el presidente emitiera decretos de necesidad y urgencia. El dato de la inflación fue festejado por los principales funcionarios en sus cuentas de las redes sociales, empezando por el propio Milei y por el ministro de economía, Luis Caputo, que ya venían dándole difusión a datos sobre reactivación de la actividad industrial y comercial.

Ahora, no solamente destacan que la inflación quebró el piso de 3%, contrariando los pronósticos escépticos de la mayoría de los economistas. Además, apuntan al hecho de que la canasta básica, que es la que marca la línea de pobreza, tiene una inflación mucho menor que la del promedio: 1,2%. En contraste, el índice de variación salarial marca que los ingresos crecen a un 4,7%, lo cual le permite al gobierno reafirmar su argumento de que está mejorando la situación social, porque la franja de menores ingresos está aumentando su poder adquisitivo.oles cambiarios, popularmente conocidos como “el cepo al dólar”.

La celebración del gobierno se completó con su logro en el Congreso. Una vez más, recurrió a la negociación con los gobernadores provinciales, que están necesitados de la asistencia fiscal del gobierno nacional.

Y fue así que la oposición kirchnerista vio cómo desertaban los diputados hasta que finalmente se quedó sin quórum para poder limitarle a Milei el uso de los decretos de necesidad y urgencia.