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A tres días de las elecciones nacionales, comenzó el éxodo de uruguayos residentes en la Argentina, alentados y movilizados por los partidos y por lo que consideran  es un deber ciudadano. Una imagen que se repite cada cinco años. En una especie de Día-D, para miles de uruguayos que viven en la Argentina que desembarcan este especial  fin de semana, ya en Montevideo, Salto, Paysandu y Fray Bentos,  por los tres puentes que salvan el Río Uruguay.  Con el fin concreto de votar en las elecciones nacionales de pasado mañana domingo. Todo un movimiento, que especialmente en Buenos Aires, es conocido y llamado “voto Buquebus”, porque ha sido y es una de las vías mas conocidas de los uruguayos”aporteñados” que desean participar en los comicios de su país de origen, al cual nunca olvidan y siempre, anhelan regresar.

¿Será también importante esta vez ?

Como la ley uruguaya no permite votar fuera del país, como sucede con otros países, a los que les interesa marcar la diferencia con su voto no les queda otra que hacerse viajar a nuestro país o conformarse seguir las elecciones por TV. Tanto el Frente Amplio, como el Partido Nacional y el Partido Colorado, socios principales de la Coalición Republicana, esperan que los inmigrantes de sus respectivas filiaciones se suban al barco, al auto, al ómnibus, al avión. Donde puedan, pero que vengan, porque cada voto cuenta.

Los números de 2019

Para las elecciones de 2019 se tomaron el buque y otros medios, cerca de 20.000 uruguayos residentes en Argentina. Si bien durante décadas el Frente Amplio hizo una buena cosecha de votos de esta manera, confiando en la vasta colonia de uruguayos de izquierda en Buenos Aires, algunos sostienen que las nuevas generaciones tienen más diversidad partidaria, y que el sesgo sería menos marcado. Como sea, al ser el partido mayoritario, necesariamente suma más votos.

Todos los partidos “trabajaron” por votos  en Argentina

Todos los partidos estuvieron trabajando, principalmente en Buenos Aires, durante el año para convencer a los uruguayos “aporteñados” de arrimar su voto y sumar a la causa de sus agrupaciones. Porque saben que, en elecciones cerradas, unos pocos miles de boletas pueden marcar la diferencia y darles el triunfo a los suyos. En la memoria colectiva se recuerda el peso decisivo del voto del extranjero en las elecciones de 2004, cuando por primera vez el Frente Amplio llegó al poder. La mayoría de los compatriotas residentes en Argentina vienen a votar por que lo consideran un “deber cívico”. Algo que pese a no vivir más en el “paisito”, muchos lo tienen marcado a fuego en su conciencia y espíritu.

La leyenda del “Voto Buquebus”

En los ámbitos políticos nacionales y en especial por los actuales politólogos, se considera que el real número del “Voto Buquebus”, ya no es tan gravitante como se consideraba y evaluaba en elecciones pasadas, ni que todos los votos son para algún partido en especial. Si, es un negocio, para vender más pasajes de los habituales en un fin de semana especial como es una elección nacional, lo da que Buquebus ofreció a los diferentes partidos políticos acuerdos para lograr pasajes con un 50% de descuento, y así alentar la mayor venta de pasajes posibles, porque ese es su negocio. Pero, también hay otra realidad.

El voto epistolar o consular nunca ha tenido apoyo

La izquierda uruguaya, en forma repetida a buscado que los uruguayos que viven en el exterior puedan votar. Se trata de una bandera histórica de la izquierda que ha tenido tantos impulsos como fracasos. La derrota más clara fue en 2009 cuando, junto a las elecciones nacionales, hubo un plebiscito en el que se preguntó a los ciudadanos si querían habilitar el voto epistolar, es decir utilizando el correo. En aquella oportunidad votó a favor de habilitar la enmienda constitucional el 37%. El fracaso fue contundente, ya que se necesitaba la adhesión de más del 51% del electorado.

El último intento que naufragó antes de ser planteado formalmente

En 2013, durante el gobierno de José “Pepe” Mujica, el Frente Amplio insistió en el tema, apoyándose  para ello, en un proyecto de ley presentado por la Institución Nacional de Derechos Humanos para habilitar el voto consular. Esa iniciativa también quedó en la nada. Y todo indica que esa posición no tiene por ahora, miras de cambiar, por lo que el voto de los uruguayos radicados en el exterior,  no se vería facilitado. La mayoría entiende que quien vive y trabaja en el país tiene asegurado el derecho a sufragar y si se equivoca, afronta las consecuencias. Quienes viven fuera del país, si se les habilita el voto, pueden incidir y posibilitar la llegada de un gobierno que si es malo, puede generar consecuencias que quien vive afuera, no enfrenta  ni sufre, como quien si se queda en el paisito.

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