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El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a la activista venezolana María Corina Machado volvió a poner al gobierno del Frente Amplio, a una definición sobre el régimen de Nicolás Maduro. Mientras la noticia recibió adhesiones desde distintos gobiernos y sectores políticos internacionales, en Montevideo el silencio del Presidente Orsi y del Frente Amplio generó reclamos de la oposición. Desde Presidencia se informó que no estaba previsto realizar ningún pronunciamiento, y el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, tampoco respondió consultas periodísticas. Esta ausencia de comentarios reavivó las críticas de los partidos de la coalición republicana, que consideran que el oficialismo mantiene una actitud ambigua frente a la crisis venezolana.

Los reclamos de los coalicionistas 

El secretario general del Partido Colorado, Andrés Ojeda, sostuvo que con el Nobel “se hizo justicia” porque Machado encarna “una idea que recibe el reconocimiento máximo”. Para Ojeda, el gobierno debería expresarse públicamente: “Sobre Gaza hablan, sobre otros lados hablan. Si no dicen nada, es porque no están de acuerdo con el premio”, advirtió. En la misma línea, Álvaro Delgado, presidente del Directorio del Partido Nacional, calificó de “increíble” el silencio oficial. “¿Qué complejo tienen con Venezuela? ¿Qué le deben a Maduro?”, se preguntó, remarcando que el galardón es un premio “a la lucha contra una dictadura”.

El senador nacionalista Javier García fue más allá al señalar que la falta de un reconocimiento “indirectamente es solidarizarse o hacer silencio vergonzante frente a la dictadura de Maduro”. Destacó además el carácter latinoamericano del Nobel y pidió que el gobierno “hable en nombre de todos los uruguayos”. El Directorio del Partido Nacional emitió una declaración formal saludando la distinción a Machado, a quien describió como símbolo de “coherencia, coraje cívico y compromiso con los valores republicanos”.

Por su parte, el líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, celebró el premio como “un enorme espaldarazo a la lucha del pueblo venezolano y a los derechos humanos”. En duros términos, acusó al régimen chavista de ser “una de las dictaduras más corruptas y sanguinarias de la historia de América Latina” y lamentó que el gobierno uruguayo opte por el silencio: “Nos avergüenza como país. No hay ninguna excusa para este silencio cómplice”, afirmó.

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