La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

Los signos clínicos varían enormemente dependiendo de diversos factores tales como: la cepa del virus, la especie de ave infectada, la edad del hospedador (las aves juveniles son las más sensibles), infección simultánea con otros organismos, estrés ambiental y estatus inmune. En algunos casos, la infección con las cepas sumamente virulentas del virus puede causar un gran número de aves muertas aunque presenten pocos signos clínicos. La enfermedad surge rápidamente con síntomas que aparecen entre dos y doce días después de la exposición y se propaga rápidamente al resto de la parvada.

Algunas cepas del virus atacan el sistema nervioso; otras, el sistema respiratorio o digestivo. Los signos clínicos incluyen:

  • Signos respiratorios: jadeo, tos, estornudos y ruidos al respirar

  • Signos nerviosos: tembladera, parálisis de las alas y las patas, cuello torcido, desplazamiento en círculos, espasmos y parálisis

  • Signos digestivos: diarrea

  • Puede haber una interrupción parcial o completa de la producción de huevos. Los huevos pueden presentar anomalías de color, forma o superficie, y pueden tener una albúmina acuosa.

  • La mortalidad es variable pero puede alcanzar el 100%.

DIAGNÓSTICO

La enfermedad de Newcastle puede presentar un cuadro clínico muy similar al de la influenza aviar, por lo que se requiere la prueba de laboratorio para confirmar el diagnóstico.

El método de diagnóstico más empleado es el aislamiento del virus y su caracterización ulterior. En el Manual de las Pruebas de Diagnóstico y de las Vacunas para los Animales Terrestres de la OMSA se indican las directrices para los procedimientos de aislamiento del virus en el laboratorio. Se describen varios métodos, tanto pruebas moleculares como in vivo para determinar si el virus es altamente patógeno y, por tanto, de declaración obligatoria a la OMSA.

PREVENCIÓN Y CONTROL

En la mayor parte de países con producción avícola a escala comercial, se practica la vacunación profiláctica. Para demostrar que un país está libre de la enfermedad de Newcastle, es necesaria la vigilancia conforme a las directrices del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OMSA. En última instancia, los productores avícolas deben establecer procedimientos eficaces de bioseguridad para evitar la introducción de la enfermedad (Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OMSA).

En la mayor parte de países, si la enfermedad aparece en una zona antes exenta, se practica una política de sacrificio de urgencia. Ello incluye: Aislamiento o cuarentena estrictos de los brotes. Destrucción en condiciones decentes de todas las aves infectadas y expuestas. Limpieza y desinfección completas de los locales. Eliminación adecuada de los cadáveres. Control de la plaga en las parvadas. Vacío sanitario seguido de 21 días sin aves antes de la repoblación. Prevención del contacto con aves de estatus sanitario desconocido. Control del acceso a las granjas avícolas.

DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

La enfermedad se ha detectado en todo el mundo, actualmente está controlada en Canadá, los Estados Unidos y algunos países de Europa occidental, y sigue presente en partes de África, Asia y Sudamérica. No obstante, como las aves salvajes a veces son portadoras del virus sin estar enfermas, puede haber brotes en cualquier lugar donde se críen aves.

Comentarios potenciados por CComment

Ranking

Titulares Diarios

Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.

Podría Interesarte