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Esta semana, en Francia, un grupo de 209 diputados solicitaron al gobierno del Presidente Emmanuel Macron, que «vete el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur». En un comunicado firmado por los legisladores, se establece que el acuerdo «traiciona» el espíritu de la Unión Europea.

«El acuerdo, negociado por la Comisión Europea, traiciona dos veces lo que debería ser la Unión Europea: por un lado la ambición de elevar los estándares medioambientales, sociales y sanitarios; por otro, traiciona el compromiso con la soberanía alimentaria en nuestro continente», dice el comunicado firmado por los parlamentarios.

«Nos negamos a abrir los mercados europeos al pollo criado con antibióticos, a la carne de vacuno procedente de animales alimentados en un contexto de deforestación, al maíz tratado con atrazina», dice la redacción del comunicado, que rechaza «un acuerdo cuyo contenido, negociado desde 1999, aún no incluye un compromiso sólido sobre los frentes ambiental, social y de salud».

En base a los «compromisos» asumidos por el presidente francés con los productores y las organizaciones ambientalistas, dicen «nosotros, diputados de todas partes, pedimos al Gobierno que bloquee la celebración del acuerdo y a la Comisión Europea que respete este veto francés».

Ministro Mattos

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ing. Agr. Fernando Mattos, consultado al respecto, dijo que «no es novedad. Francia siempre estuvo en contra y sigue siendo el mayor lobby en contra del acuerdo, porque claramente tienen un peso específico los gremios agropecuarios allí». En estes sentido el jerarca ministerial, señaló «saben perfectamente los europeos que no pueden, no tienen cómo competir con la producción de nuestra región».

Mattos, dijo que «la decisión europea puede prescindir de la opinión de Francia y puede seguir adelante» y en este caso indicó que «Alemania, que tiene un peso relativo mucho mayor que Francia y la propia España y también Italia quieren el acuerdo». El ministro explicó que «el capítulo agrícola es uno de los capítulos importantes del acuerdo, pero no el único. Hay muchas otras áreas que en el peso relativo los otros países le dan mayor relevancia».

JIA en Punta del Este

Posteriormente al encuentro realizado con FAO en Punta del Este, los ministros de la región que participaron del evento se reunieron en la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), siendo acompañados por otros jerarcas de forma virtual. El único punto de diálogo entre los jerarcas de agricultura de la región ha sido «exclusivamente la regla europea la 1115/23 que trata de las condiciones de exportación a la Unión Europea, que deben estar libres de deforestación» dijo el ministro Mattos.

La reunión de la Junta Interamericana de Agricultura, presidida por Uruguay, discutió la «inconveniencia» de la reglamentación europea, «por la unilateralidad de la norma, que veremos si es o no violatorio de las reglas de la Organización Mundial de Comercio, pero que además en muchos casos es inequitativa porque afecta a los productores más pequeños y no reconoce la legislación local de los países que tienen reglamentada la deforestación».

La intención de los jerarcas latinoamericanos es «a hacer una manifestación colectiva para abrir una instancia de diálogo». En este sentido explicó que «a nosotros nos preocupa el hecho de que quede un antecedente, donde los aspectos ambientales interfieran en lo que es el acceso a los mercados y el comercio agrícola internacional».

Presentación en París

Uruguay presentó a los importadores en la feria Sial París, un sistema de certificación que permite demostrar que los productos exportados desde nuestro país están libres de deforestación. Ante lo que Mattos indicó que el posicionamiento del país en la Junta Interamericana de Agricultura y esta presentación son «dos cosas independientes, por más que el Uruguay esté pronto» para demostrar que está libre de deforestación, por «Uruguay necesita vender».

Mattos explicó que a pesar de tener un sistema, que pocos países pueden tener en este momento, «no quiere decir que esta presentación de la norma y de lo que sería una certificación de origen de tierras no deforestadas sea un aval a lo que plantea la Unión Europea».

Al respecto recordó que «desde un primer minuto dijimos que era injusto, inequitativo y que haremos las consultas ante la Organización Mundial de Comercio para ver si respeta todas las reglas establecidas internacionalmente al respecto».

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