Comenzó en Punta del Este /
28º Congreso Latinoamericano de Avicultura
Desafíos ineludibles
Señaló que “la avicultura en el continente enfrenta desafíos ineludibles” y que “somos el principal proveedor de proteína aviar del mundo, lo que nos da una enorme responsabilidad y nos genera muchas oportunidades teniendo en cuenta la seguridad alimentaria que todo el mundo busca” a través de los “alimentos de calidad y accesibles, producidos con un enfoque de sustentabilidad económica y ambiental”. Sobre los “grandes desafíos sanitarios” destacó que “se renuevan y cada vez son más complejos, lo que nos lleva a actualizar permanentemente nuestros sistemas de gestión” para poder seguir dando “garantías de calidad, sanidad e inocuidad” que requieren todos los consumidores.
Consumidor exigente
A nivel de calidad, las exigencias “son cada día mayores, no solo por cuestiones regulatorias, sino también por el propio consumidor que cada día es más exigente. Hoy tenemos un consumidor mucho más informado, con poder de voz al alcance de su mano o de su celular; un consumidor más sensible a la calidad de lo que consume; más preocupado y ocupado por su salud y bienestar”, y eso “también es una buena noticia” porque genera oportunidades “ya que nuestros productos son cada día más demandados y el consumo aumenta”, reflexionó. Fernández señaló también que “el mundo es muy competitivo” con un “mercado dinámico” y todos “pelean por ganar la atención del comprador final”, además de que hay “otros alimentos que también compiten”.
Responsabilidad de los empresarios
En otro orden el presidente de ALA también se refirió a la “responsabilidad” que tienen los empresarios de desarrollar y adoptar la tecnología, innovación de sistemas productivos, calidad, eficiencia y rentabilidad, así como la “calidad de los empleos para nuestra gente y capacitación permanente”.
Empresas familiares
Mencionó que una de las características de la avicultura es que en su mayoría está compuesta por “empresas familiares, tanto a nivel industrial como en las diferentes etapas de cría”. Pero “empresa familiar no quiere decir artesanal ni rústica, se puede ser empresa familiar y al mismo tiempo tener una gestión profesional”, aseveró. A eso se agrega “el enorme impacto social” de la actividad avícola, que “mantiene a la gente en sus comunidades” creando y distribuyendo riquezas y oportunidades.
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