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Dietas y producción animal, implicaciones éticas, ambientales y de salud. Este fue el tema del encuentro “Comer según la naturaleza: la ciencia confirma que somos omnívoros”, que tuvo lugar en Roma. Los protagonistas del evento fueron el veterinario y divulgador científico español Juan Pascual, autor del libro “Por qué ser omnívoros” (Edizioni Lswr, 2024) y Elisabetta Bernardi, bióloga, nutricionista, profesora de biología nutricional en la Universidad de Bari y autora del libro “Comer según la ciencia” (Edizioni Dedalo, 2024). Pascual explicó por qué son importantes los productos de origen animal: “No cabe duda de que cada uno debe elegir libremente cómo vivir y qué comer, pero cuando se trata de una alimentación saludable hay que evitar soluciones arbitrarias” basadas en prejuicios, ideologías o emocionalidades. “Debe ser la ciencia, no las creencias de algunas organizaciones, la que defina lo que determina o no determina el bienestar”, agregó.

Además, según un estudio publicado en Psychology Today, entre las personas que adoptan el estilo de vida vegetariano y vegano en todo el mundo, hasta el 84% lo abandona por razones como la dificultad para implementar la dieta o, más frecuentemente, el deterioro de la salud. En Italia, según los últimos datos de Eurispes, el 93,4% de la población es omnívora.

Como explica Elisabetta Bernardi, “limitar demasiado o exagerar con un nutriente puede optimizar o dificultar algunos procesos. Muchas de nuestras predisposiciones están escritas en nuestro ADN, sin embargo hay una especie de interruptor que activa o desactiva un gen, una característica, una predisposición, y los estilos de vida, el entorno en el que vivimos y lo que comemos juegan un papel fundamental. De hecho, una mala nutrición puede conducir a la reducción de nuestra respuesta inmunitaria al aumentar la susceptibilidad a las enfermedades y comprometer el desarrollo físico y mental. Por no hablar de los riesgos concretos que puede provocar una dieta baja en proteínas. Cuando el cuerpo necesita proteínas o aminoácidos y no obtiene suficientes de la dieta, puede comenzar a descomponer las proteínas musculares para obtener los aminoácidos necesarios (el corazón también es un músculo). Este proceso se denomina catabolismo proteico y es una de las razones por las que una dieta insuficiente en proteínas puede provocar la pérdida de masa muscular, comprometiendo la fuerza, la función física y la tasa metabólica basal”.

¿Qué pasaría si todos nos volviéramos veganos? “Una catástrofe total”

Por lo tanto, ser omnívoros también es un recurso para el planeta, los animales se convierten en una parte fundamental de este ecosistema, ayudándonos a limitar los residuos. Entonces, ¿qué pasaría si todos nos volviéramos veganos? “Una catástrofe total, ambiental, sanitaria y nutricional”, confirmó el académico español.

Durante el debate se destacó el hecho de que la malnutrición sigue siendo uno de los flagelos de la humanidad. De hecho, según la FAO, más de 733 millones de personas, más de 1 de cada 10 en todo el mundo, sufren desnutrición severa y hasta 2.000 millones de personas tienen dificultades para ingerir regularmente todos los nutrientes necesarios. Y la situación empeora a nivel pediátrico: entre los niños menores de 2 años, solo un tercio recibe la cantidad adecuada de alimentos. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños de esta edad consuman carne y huevos a diario porque son ricos en hierro y zinc. Sin embargo, solo 1 de cada 3 niños consume carne o pescado a diario, y solo 1 de cada 5 tiene acceso a huevos.

 

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