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Hay poetas que logran encantar. A mí Cardenal me encanta cada vez que lo releo. Digo encantar, como dice la Real Academia Española, en el sentido de “atraer o ganar la voluntad de alguien por dones naturales, como la hermosura, la gracia, la simpatía o el talento”. Pues todo eso tiene su poesía. Pero a mí Cardenal me ha encantado desde que lo leí por primera vez hace casi 30 años.

Anti - poesía

Desde entonces, cada vez que tengo la oportunidad, no dejo de decir que es de esos poetas gracias a los que más disfruté la literatura siendo adolescente. Es que aprendí con él que la poesía, sin dejar de ser cosa seria y trascendente, bien puede escaparse de la rígida solemnidad que yo hasta entonces creía componente inevitable en el arte de las palabras. Ernesto Cardenal enseñó a varias generaciones que se puede hacer poesía con lo más sencillo, simple y cotidiano, aunque para muchos sigan siendo elementos “antipoéticos”, sin necesidad de seguir cantándoles a los jardines con rosas, lagos con cisnes o noches con luna (todo tan propio de un viejo y desgastado Modernismo y su tendencia al preciosismo).

Por eso, con él, con sus versos magistrales, muchos comprendimos entonces de qué se habla cuando se habla de «Antipoesía», concepto que viene a oponerse justamente a la solemnidad de lo tradicional. Un revolucionario, Ernesto Cardenal. Maestro de este estilo en toda la poesía en lengua española.

Vida

Publicó más de cuarenta libros a los largo de su vida. Nacido en Nicaragua el 20 de enero de 1925, Ernesto Cardenal fue poeta, sacerdote, teólogo, traductor y escultor; además, con un compromiso social revolucionario muy acentuado. Conocido por su obra poética, que le mereció varios premios internacionales, fue uno de los más destacados defensores de la Teología de la Liberación en América Latina y Ministro de Cultura del gobierno surgido de la Revolución nicaragüense, tras su triunfo el 19 de julio de 1979, hasta 1987. Falleció en su país, el 1 de marzo de 2020.

Algunos versos

Hoy, cuando se han cumplido días pasados los 100 años de su nacimiento, no hay mejor homenaje que leerlo:

De estos cines...

De estos cines, Claudia, de estas fiestas,
de estas carreras de caballos,
no quedará nada para la posteridad
sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia
(si acaso)
y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos
y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos
del olvido, y los incluyo también en mis versos
para ridiculizarlos.

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Me contaron...

Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces me fui a mi cuarto
y escribí este artículo contra el Gobierno
por el que estoy preso.

 

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Muchachas que algún día...

Muchachas que algún día leáis emocionadas
estos versos
y soñéis con un poeta:
sabed que yo los hice para una como vosotras
y que fue en vano.

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