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El país está siendo azotado por una organización mafiosa conocida como “Los Colombianos”, dedicada esencialmente a la colocación de dinero mediante préstamos usurarios bajo la modalidad: “gota a gota”. Su esquema consiste en entregar pequeñas sumas de dinero y cobrar intereses abusivos de manera diaria, imponiendo como única garantía la extorsión, la coacción y la sumisión del deudor. La situación reviste una gravedad social extrema. Lo insólito es que, pese a la notoria visibilidad — impunidad— con la que actúan, las autoridades no han tomado medidas concretas.

A veces los grandes problemas de una ciudad no se manifiestan en cifras, discursos o planes estratégicos, sino en aquello que pisamos todos los días. Puede parecer un asunto menor —casi doméstico—, pero para miles de salteños no lo es en absoluto. Hablamos de las veredas: ese espacio cotidiano que une hogares, barrios y servicios, y que, en Salto, se ha convertido en un símbolo silencioso del deterioro urbano.

Días pasados se recordaron los 40 años del retorno a la democracia en nuestro país y en lo que fue el primer gobierno luego de la Dictadura, encabezado por el Dr. Julio María Sanguinetti, la lucha, como también la mirada era la deuda externa, la que con el paso de los años, todo fue quedando en una memoria olvidadiza, vaya a saber los motivos, pero lo que cambiaron fueron los términos, más allá que seguimos endeudados como siempre. Pero no solo es el país el que tiene deudas, sino que el ciudadano común también muchas veces nos embarcamos en los préstamos, que cada tanto nos dan la posibilidad de hacer uno nuevo y se hace cuesta arriba para poder afrontar el diario vivir.

Se viene el calor y el verano, en las próximas horas vamos a tener una prueba de lo que será el próximo verano ya que las temperaturas comienzan a subir y el calor se va a hacer sentir por primera vez en lo que va de esta primavera que ha sido muy lluviosa.

Ya comenzamos a transitar diciembre y esto va a ser un tobogán hasta el 24 porque entramos en la locura y el torbellino de las fiestas que empiezan con la Navidad, siguen con el festejo del Año Nuevo, y terminarán en febrero con el Carnaval, luego de pasar un clásico enero caliente en donde los salteños buscarán alivio en las aguas del rio, del lago y por que no también, de las termas.

Como pasa siempre por estas fechas, nos enloquecemos y empezamos a andar más acelerados con actividades que se solapan unas con otras, despedidas, eventos empresariales, compromisos y trabajaos que tenemos que terminar antes de que se vaya el 2024, y los días siguen teniendo 24 horas; entonces nos damos cuenta que el tiempo no da para todo. Es una vorágine que nos lleva al 31 de diciembre, para encontrarnos después con el vació que arranca el 1º de enero, por que por esos días desaparecerá la locura y todas andaremos cansados por el ajetreo previo.

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