Hace 5 años, las urnas daban por terminado un período oscuro en la vida nacional. Las grandes mayorías pusieron las cosas en su lugar y se recuperó la esencia de la República, cuyo manejo y administración estuvo en manos de algunos pocos, que se sirvieron de ella. ¿Qué fue lo que nos dejaron?

Una inmoral deuda externa de más de 60.000 millones de dólares que terminarán pagando nuestros hijos y nietos, gracias a la cual mantuvieron artificialmente canonjías burocráticas. 220.000 jubilados ganando menos de $ 15.000, por lo que al final de sus vidas se sintieron burlados y birlados. 165.000 desocupados, que vieron con desesperanza como se iban cerrando industrias, fábricas y comercios día a día ante la mirada displicente de un gobierno que premió con toda clase de privilegios a poderosísimas multinacionales, pero que fracasó en la defensa del trabajo nacional.

3.000 individuos viviendo en condiciones indignas del ser humano, muy por debajo de lo que una persona merece, durmiendo en las calles de Montevideo, sobreviviendo como animales, sin importarle mayormente a las jerarquías del gobierno frenteamplista ya que para una de ellas “tenían derecho a estar allí” y para otra, la responsabilidad era de quienes “tiraban sillones a la basura”. 12.000 personas comiendo en tachos de basura, mientras las murgas cantaban loas a sus “compañeros” gobernantes y algunos responsables miraban para otro lado. 53.000 personas atrapadas por la desazón y la precariedad estando en el seguro de desempleo sin saber lo qué les ocurriría después.

75.000 familias asistidas con la Tarjeta del MIDES, que empezó como una solución de “emergencia” para atender los problemas sociales, y se fue transformando en asistencia clientelística permanente. La miseria siguió existiendo, y hasta ese momento, los más humildes sólo recibieron migajas del gobierno, que los mantuvo como rehenes en tal difícil situación. La canasta familiar rondaba los $ 84.000 mientras que más de 750.000 ciudadanos ganaban menos de $ 20.000 mensuales y otras 20.000 personas ganaban menos de $ 30.000.

Una inseguridad tremenda. Récord de asesinatos. Más de 400 por año. Récord de rapiñas. Más de 30.000. Record de hurtos. Más de 150.000. Récord de asesinatos en cárceles. Cerca de 50 anuales. Récord de suicidios: más de 700. Guarismos superiores a los registrados en el año 2002. El doble del promedio mundial. 6 de cada 10 jóvenes abandonaba secundaria cada año. 656 asentamientos irregulares y seguían aumentando.

La inflación rozaba el 10 %. Un déficit fiscal que superaba el 5%, peor que en la crisis del 2002. El combustible más caro de las Américas. Nos dejaban un Vicepresidente procesado, un Senador trans procesado, un Director de Casinos procesado, un Ministro de Economía procesado, un Presidente del Banco República procesado, etc. Nos dejaban ANCAP fundida, PLUNA cerrada y la regasificadora sin regasificar… ¿Y quieren volver?