Mirando lo que pasó con las elecciones nacionales y los dos plebiscitos, no aprobados, se pueden empezar a sacar muchas conclusiones.

Una de ellas es que el Frente Amplio creció cinco puntos desde la última elección nacional, o sea que pasó de hace cinco años del 39 al 44 por ciento de la ciudadanía. No hablamos de los ballotage, el que pasó y el por venir, entre otras cosas porque en esa instancia compiten fórmulas, no lemas, compite gente, no partidos. Pero un caso particular es el del FA que vale la pena analizar.

Para eso vamos a apoyarnos en Joan Laporta, una figura no conocida por estos lares pero que ha sido clave en la historia del fútbol. Laporta es un abogado de prestigio que fue presidente del Fútbol Club Barcelona desde el entorno de 2008 y creó la más espectacular máquina de fútbol cuando eligió a Joseph Guardiola como técnico del primer equipo. Estaba en la reserva y había sido un gran mediocampista del FCB pero nadie supondría la carrera que iba a iniciar como técnico. Ese equipo fue tan bueno que le dio base a la selección española para vivir su mejor momento, esto es ganar dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica con el famoso derechazo de Iniesta tras pasa de Cesc Fábregas.

Laporta se fue y el FCB cayó muy hondo, debió volver y está reconstruyendo todo de nuevo, asumiendo deudas tremendas. Enfrente tiene a un Real Madrid que pesca los mejores jugadores del mundo, no los hace pero es una máquina de ganar pero también de venderse. Aquí aparece la similitud, Laporta dice que hay un "Real Madrid sociológico", lo que implicaría todo una aparataje que sobrevalora los logros de la entidad de la capital y minimiza sus miserias. Esto no solo habla de márquetin, sino también de deporte; un árbitro contó recientemente que un día echó a Cristiano Ronaldo en un partido del Real Madrid y tuvo que soportar dos años sin arbitrar a la entidad merengue. El "Madrid sociológico" en todo su esplendor.

El concepto que se apoya en el mundo futbolero puede aplicarse al Frente Amplio. Lo dijo Botinelli en Canal 12 de Montevideo, hay un "Frente Amplio sociológico" que ha logrado armar una estructura en miles de hogares, en miles de votantes que no solo lo siguen sino que se identifican con el mismo al punto que ni por asomo piensan votar a otra fuerza. Pueden poner un candidato más lindo o más feo, más alto o más bajo, mandarse mil metidas de pata pero "El Frente Amplio Sociológico" funciona como una maquinita. Hay más de un millón de personas que votaron convencidas a pesar de que el país está objetivamente mejor, hay más trabajo, bajó el desempleo, se enfrentaron todas las crisis posibles y el presidente Lacalle Pou tiene un cincuenta por ciento de aprobación. Es muy probable que miles de personas que aprueban esta gestión que encabezaron Lacalle Pou y Álvaro Delgado a la hora de votar vuelvan sobre sus pasos y voten al profesor Yamandú Orsi.

"El Frente Amplio Sociológico" en todo su esplendor. Estamos hablando de un grupo de gente que idealiza a Seregni, Vázquez, Astori, minimiza que se fundió Ancap, que habla de Marset pero se olvida de Placeres, de los errores que pagamos todos con la Regasificadora y los entuertos de Pluna, de plata e institucionales, gente capaz de perdonarle todo a lo que ama y siente que lo representa. Ese es un trabajo que ha hecho del FA por décadas en la educación, la Universidad, los sindicatos, los movimientos populares y un enorme error de los partidos tradicionales que le dejaron un espacio increíble no se sabe por qué. Por caso los Derechos Humanos se asocian a la izquierda cuando son de todos, debería preocupar cada desaparecido en cuarteles como la infame muerte de Pascasio Báez, pero la izquierda se ha encargado, por apetencias propias e imbecilidades ajenas, de elevar un relato propio y acomodado a la medida de sus necesidades. Hoy aquellos polvos dan estos lodos.

Wilson ha sido quizás el único que advirtió esto y Lacalle Pou el líder moderno capaz de enfrentarlo y doblegarlo. Poco, poca gente.