A pocos días de realizadas las elecciones nacionales, donde además se plebiscitaron dos referéndums, el panorama no cambió sustancialmente a lo que las encuestas informaban, situación que para unos fue de una algarabía inicial y para otros de una temerosa cautela.

Era palpable el aire triunfalista del FA, pretendían ganar en primera vuelta con amplias mayorías de manera tal que el balotaje fuera solo un trámite, esto no sucedió, por el contrario, volvieron a ser derrotados por la coalición republicana, que esa noche festejó el caudal de votos superior al de su adversario.

Como todo en esta vida, suele suceder que las interpretaciones sobre un mismo hecho divergen, luego del resultado el FA celebra ser la fuerza ganadora, obvio, si se compara con cada integrante de la coalición, pero si se mira la realidad, el resultado es otro, y la realidad es que se enfrente una fórmula presidencial del FA y otra fórmula presidencial de la coalición republicana, y ahí la diferencia obtenida vuelve a favorecer a esta última.

Cómo dice el dicho, depende del cristal con qué se mire.

Las interpretaciones tienen un claro fin, mostrarse triunfalistas y así contagiar al electorado que muchas veces vota a ganador, ese es el único motivo por el cual se disputan el resultado ya obtenido e irrefutable.

Hay otros resultados de estas elecciones que tienen real incidencia en la vida de los ciudadanos, especialmente la derrota del plebiscito sobre la seguridad social, esta bomba que detonó el partido comunista y que en buena medida le explotó al FA, embretando a sus candidatos que le dieron lado a esta verdadera locura, fruto de la ignorancia o la maldad o de ambas. Tan aberrante era la iniciativa, que los economistas del FA se expidieron por escrito alertando sobre los impactos negativos que produciría la aprobación del plebiscito. En la interna provocó un desgaste fenomenal, basta recordar la frase de Mujica catalogando los efectos de la aprobación de un verdadero “caos”.

A mi juicio los efectos de esta derrota no han cesado, y aunque parezca paradójico este plebiscito incide positivamente en la imagen del país, ya no solo el Presidente tiene una muy buena imagen internacional, ahora es el pueblo uruguayo que se lució, no es común que se plebiscite reformas que impliquen una disminución de la edad jubilatoria y se rechacen, esto habla de la cultura y responsabilidad de los uruguayos.

Despejado este azaroso tema, ahora viene la elección del ejecutivo, del Presidente, y aquí nuevamente se valorarán las actitudes, aquellos que se callaron porque apostaron al fracaso del plebiscito y los otros que advirtieron que el futuro del país estaba en riesgo.

Es nuevamente paradójico, el plebiscito incidirá positivamente en la elección del candidato de la coalición republicana, la bomba le explotó al FA.