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La pandemia del coronavirus comenzó a propagarse a finales de 2019 y se convirtió en una enfermedad pandémica en 2020.

Se ha establecido desde varios enfoques y aportes la necesidad de generar acuerdos entre ambos sistemas, así como estrategias que permitan generar mejoras en los modos de inclusión, las respuestas adecuadas parecen aún no encontrarse y ambas, familia e institución educativa, dan la sensación de transitar por caminos separados, e incluso, opuestos. Otro tema que llama la atención es el fenómeno que tiene en el pasaje de las instituciones de educación primaria hacia las de educación secundaria y es el descenso en la presencia de la familia, el cual está asociado a varias razones.

Luego de la declaración del Covid 19 como pandemia por la OMS, todo cambió, los confinamientos decretados para evitar que el virus se propagara, generó una paralización de carácter económica a nivel mundial. Pero no fue el único sector afectado. Otro factor fundamentalmente afectado, el sector de la educación, esto fue así porque los estudiantes tuvieron que pasar a recibir la educación en su casa, y esto generó una gran responsabilidad no solo para ellos sino que para la familia, para los padres.

Principalmente los padres que no están acostumbrados a pasar tanto tiempo con los hijos estudiando, donde en muchos casos estos padres carecen de la habilidad para enseñar. A lo largo de estos años se realizaron diferentes estudios, investigaciones, para tratar de comprender ese rol familiar y el mantenimiento de la armonía durante el aislamiento social, es muy importante para mantener a los hijos concentrados, debido que no podían salir, a relacionarse con otros niños o adolescentes. Otro factor fue el de la tecnología, la disponibilidad de esta fue fundamental para poder llevar a cabo la educación a distancia, el tener acceso a internet, a una computadora, teléfono, cualquier dispositivo que les permitiera interactuar con sus profesores. Esto generó diferentes controversias en investigaciones, ya que no todos los estudiantes tuvieron acceso a estos recursos, y también la poca capacidad de los padres para ayudar a sus hijos en caso de enseñar o también para acceder a esos recursos, muchas veces por cuestiones económicas.

Para finalizar tenemos que ver como la pandemia afectó la continuidad de los estudiantes en los centros educativos, es decir que debemos ver si hubo mayor o menor promoción, egresos y deserción estudiantil, pero primero debemos entender qué es la deserción y la desvinculación . Ambas palabras son utilizadas como sinónimos. A grandes rasgos la palabra deserción significa desertar o abandonar; por tanto, al añadir el término escolar a esta palabra, estamos hablando del abandono escolar del alumnado, que se trata de una decisión personal causada por diversos factores. La deserción es la interrupción o desvinculación de los estudiantes de sus estudios. Es un evento que aunque le ocurre al estudiante tiene causas y consecuencias en las instituciones educativas, las familias o el sistema educativo. Para eso nos remitimos a estudios realizados por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), que nos indican que en el periodo en el período 2020-2021 en ciclo básico de Secundaria se desvinculó el 4,5% de la población estudiantil, mientras que en 2019- 2020 el porcentaje había sido de 5,9%. A su vez, en bachillerato, en el período 2019- 2020 el porcentaje de abandono había sido de 12,7%, mientras que en el último período fue de 11,2%.

Indican otras fuentes, por caso Juan Pablo Montero en el 2023 publica un artículo para el Semanario “Búsqueda” que nos plantea que “la proporción de estudiantes que deja los estudios sin llegar a completar la etapa de educación formal obligatoria en Uruguay es una de las más altas de toda América Latina. Esta desvinculación prematura empeoró con la emergencia sanitaria del Covid-19: más de 21.000 estudiantes salieron entonces del sistema de enseñanza, la mitad de toda una generación, según datos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).” Por lo que podemos apreciar entonces la pandemia afectó en los primeros años de una forma que se podría decir positiva bajando el porcentaje de desvinculación por parte de los estudiantes en los centros educativos, pero esto se vio solo en el periodo de 2020 - 2021, significando una baja en el porcentaje pero existiendo una desvinculación; además en los años posteriores según el artículo mencionado con anterioridad se puede decir que afectó de forma negativa al sistema educativo.

 

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