¿Y para cuando?
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Por Mario Kroeff Devincenzi
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mkroeff@laprensa.com.uy

Han pasado los días y no pasó nada aún. El gobierno departamental no tomó la decisión de prescindir de los ingresados por Lima. Le envió la notificación a los 292 empleados de su condición precaria e irregular en tiempo y forma. Hay voces que sostienen la necesidad, razones de justicia social y solidaridad que ameritan la permanencia de estas personas en la intendencia, y no son solo de la oposición sino de la Coalición Republicana. Al final ya van dos partidas de sueldo pagadas, contrataron a decenas de cargos de confianza muy bien pagos, pusieron un stand millonario en la exposición del Prado en Montevideo, y entonces, ¿de qué hablan que no había plata en el en bolsillo de la intendencia? Es todo humo, dicen…
Pero acá estamos en tensa espera para que el gobierno agarre el toro por las guampas y cese a esta gente. Es también un tema de credibilidad, si Albisu no se anima a echarlos habrá hipotecado la confianza del electorado que lo llevó al gobierno, que pidió cambios y acciones radicales para enfrentar el pos frentismo limista y el desarrollo de Salto. Dicen que ya lo tienen todo estudiado y listo, falta la orden final… ¿pero cuando? Cuanto más pasa el tiempo más se diluye la determinación de despedirlos de su beca municipal.
Lima y Cholin en su tiempo no tuvieron piedad ni nada para pasar al degüello a 250 trabajadores ingresados a la Intendencia por German Coutinho. No hubo cuestionamientos de gremio alguno, nadie hizo paro por ellos, a nadie le importaron los padres de hijos a cargo ni las deudas de prestamos sociales, ni el estado de salud de los despedidos: todos para afuera sin remedio. Ahora parece un escándalo tomar la misma solución, pero claro, con los ingresados por Lima. Cuchillo sin anestesia y contemplaciones para unos y protección benevolente para otros.
Esta gente no debió acceder a la estabilidad lograda por convenio colectivo impertinente luego de perder las elecciones y con la intendente Ingrid Urroz al frente, haciéndole los mandados en la corte de la Dinastía Lima. Es decir, fue una operación ilegal y política.
Luego se trata de empleados excedentes, hay ya hay mucha gente en la plantilla de funcionarios de la intendencia. Dicen que entre los posibles cesados hay muchos trabajadores de uno y otro sector municipal que quedarían desmantelados, por lo que hay que tener cuidado y atención con los despidos. Es probable que haya un problema de distribución y equilibrio en la que hay muchos trabajadores concentrados inadecuadamente, pero que se tome como una puerta para avanzar en los cambios y se tercericen las tareas en ciertos lugares afectados. Los chinos dicen que las crisis son oportunidades para tener en cuenta. Sin no hay personal, que se contrate a una empresa privada para hacer el trabajo, listo.
Cuesta una fortuna mantener a las 292 personas en la intendencia, salarios y beneficios sociales es una cifra inmensa. En el total el municipio destina el 90 por ciento del presupuesto en el pago del rubro cero. Y para estos casi 300 funcionarios es una parte gigantesca del presupuesto. Cae de maduro que esta plata destinada a los funcionarios debe ser redirigida a obras, mejoras, eventos, equipamiento de la ciudad, en vez de salarios se precisan obras. ¿Querían dinero? Ahí está a montones.
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