En este día tan especial para todos quienes trabajamos en los medios de comunicación, especialmente para aquellos que hacemos periodismo investigativo, es fundamental reflexionar sobre nuestro compromiso con la verdad y en contra de las injusticias. Este año, recordamos con orgullo que LA PRENSA fue reconocida por una investigación periodística significativa. Este galardón representa el compromiso con la verdad, sin importar a quién pueda incomodar.

Un tema relevante en este contexto es la reciente desaparición de un pendrive en la Fiscalía de Salto, un hecho que ha suscitado una serie de denuncias y reflexiones sobre la seguridad de la información. El 11 de octubre, la Fiscal de 4º Turno, Dra. Gloria María Nicolini, reportó la pérdida de un pendrive que contenía información sensible relacionada con casos actuales y anteriores. Este dispositivo, que no contaba con encriptación, expone a la posibilidad de que cualquier persona que lo encuentre acceda fácilmente a datos críticos.

La Dra. Nicolini realizó una búsqueda exhaustiva sin éxito y presentó una denuncia formal, lo que resalta la gravedad del asunto. La falta de medidas adecuadas para proteger información crítica plantea serias dudas sobre el compromiso y los protocolos establecidos por las autoridades judiciales. Surgen ciento de preguntas, entre ellas ¿Cómo pudo desaparecer un pendrive con información tan delicada? ¿Qué medidas de seguridad estaban implementadas? ¿Quién tenía acceso al despacho donde se encontraba el pendrive? ¿A quien le interesaría el pendrive?

Este incidente no solo pone en evidencia un descuido alarmante, sino que también afecta la confianza pública en el sistema judicial. La situación se agrava al saber que la Fiscalía del 4º Turno está bajo investigación debido a este hurto, lo cual es un paso necesario para abordar esta falta de seguridad. Y  la investigación administrativa anunciada por Fiscalía General de la Nación a nuestro medio. 

Adicionalmente, este día también es un momento para recordar las irregularidades en la entrega de tenencia y porte de armas en la Jefatura de Policía de Salto, THATA. Este tema ha estado bajo investigación durante dos años en la Fiscalía del Dr. Augusto Martincorena, y aún no ha habido resoluciones definitivas. Los policías que denunciaron estas irregularidades enfrentaron consecuencias significativas: una se jubiló alegando persecución, mientras que el otro no tuvo su contrato renovado. Para mí, estas son bajas indirectas que reflejan una falta de apoyo a quienes actúan con integridad.

En este día del periodista, quiero reivindicar la labor de estos policías honestos que se fueron con las manos limpias, sacrificando el bienestar económico de sus familias sin recibir el reconocimiento adecuado por parte de sus superiores.

La desaparición del pendrive y las irregularidades en la Jefatura son síntomas de problemas más profundos dentro del sistema judicial y policial en Salto. Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para restaurar la confianza y asegurar que incidentes como estos no se repitan. La protección de datos sensibles y el respeto a los derechos de quienes denuncian irregularidades deben ser prioridades absolutas para garantizar un entorno justo y seguro para todos.