Las exploraciones de esa fecha comenzaron en los campos de la zona norte del Departamento, concretamente en lo que hoy denomina Arapey, pero no se apuntaba a encontrar aguas curativas, sino que la meta era encontrar petróleo, pero en lugar del crudo surgió agua caliente. La empresa señaló que esa agua no servía e incluso se propuso tapar el pozo excavado.   Pero gracias a la visión de la familia Sitrín se siguió insistiendo y se llegó a concretar lo que era el nacimiento de los primeros centros termales.-

Rápidamente en el común de la gente, se establecía que esas aguas que afloraron eran curativas y es así que se levantaron piscinas rudimentarias, y así, casi sin planearlo, se fundaron las Termas del Arapey, con el entorno de una naturaleza  para crear un lugar único, un rincón de relajación en medio de la vida agitada.

A poco quilómetros de la capital salteña se encuentra Termas del Daymán que nacieron con un enfoque distinto, combinando turismo y bienestar. Sus aguas, también ricas en minerales, alcanzan temperaturas de hasta 42 °C y son famosas por sus propiedades terapéuticas. ¿Dolores de articulaciones? ¿Estrés acumulado? Muchos aseguran que un rato en el agua caliente del Daymán puede obrar milagros.-

Al margen de ello, el turismo termal se ha transformado en un importante ingreso de dinero para nuestro Departamento, porque hay que tener en cuenta que en las fechas tradicionales de vacaciones, son el centro de atención de turistas de todo el país, y de la regiones linderas, como ser Brasil y Argentina, dejando un importante monto de dinero para los operadores locales y la Intendencia salteña, la que es la responsable de aprovechar esas divisas para volcarlas en obras para Salto.-

Entonces lo del principio, aquellos que buscaban petróleo en la zona norte del país, y que en esa búsqueda surgieron aguas calientes,  nunca se imaginaron que habían creado un legado cultural y turístico para nuestro Departamento.-