En Argentina, la polémica entre Javier Milei y los dirigentes industriales se venía insinuando en las últimas semanas, pero ayer terminó de concretarse con la ausencia del presidente a la conferencia anual de la unión Industrial Argentina, donde se escucharon duras críticas a la política económica. En las horas previas, el gobierno había confirmado una serie de medidas para facilitar las importaciones. Y se trata de medidas que afectan tanto a las compras realizadas por las grandes firmas comerciales como por los consumidores individuales, desde las plataformas online. Los industriales, que ya se venían quejando por los incipientes efectos del atraso cambiario, creen que esta apertura dará un golpe a la producción nacional. Como esas quejas habían trascendido, Milei decidió no asistir a la conferencia y tampoco envió ministros, de manera que únicamente asistieron funcionarios de la segunda línea.

Antes de la conferencia, en las redes sociales, el presidente publicó un tuit, en el que decía que estaba pensando en sus medidas para el año próximo, y dijo textualmente: “ante el paisaje, confirmo que seguiré a full con la motosierra”. Es una frase que se interpretó como un mensaje a los empresarios que piden medidas de protección, y también a los gobernadores provinciales electos por el macrismo, es decir, en teoría aliados del gobierno, que piden más ayuda del gobierno nacional para financiar obras.

Crédito e inversión privada pero no estímulo estatal

La línea del gobierno es que el año próximo será el del crecimiento económico basado en la expansión del crédito y en la inversión privada, y no en el estímulo estatal. Fue por esto que el ministro de economía, Luis Caputo, desmintió que se estuviera pensando en un canje de deuda ante los pesados vencimientos previstos para enero. El ministro dijo que prefería pagar los 4 mil millones de dólares del capital e intereses por los bonos que van a vencer, para que ese dinero, en vez de regresar a las arcas estatales, sean reinvertidos en el sector productivo.

Competencia leal

A juzgar por la reacción de los industriales, el argumento no resultó muy efectivo, porque en la jornada de la Unión Industrial abundaron las críticas. La frase más escuchada fue que, en contra de lo que insinúa el gobierno, ellos no están pidiendo protección sino competencia en condiciones justas. Señalan que mientras se abaratan las importaciones y se las exime de impuestos, sigue habiendo una pesada carga tributaria y retenciones a la exportación para la industria argentina. Y uno de los argumentos preferidos de los industriales es que los gobiernos por los cuales Milei manifiesta admiración, como el de Donald Trump, tienen políticas proteccionistas de su mercado interno y que fomentan la creación de empleo a nivel nacional.

En realidad, el debate de fondo, como suele ocurrir en Argentina, está en la política cambiaria. Los funcionarios dicen que los industriales están presionando por una devaluación, cuando lo que está ocurriendo es que recibieron un alivio impositivo real por la caída del dólar paralelo.