En Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se encuentra "estable" y "sin secuelas" luego de que el martes fuera operado de emergencia en Sao Paulo por una hemorragia intracraneal. Su equipo médico informó que seguirá hospitalizado hasta la próxima semana. Lula, de 79 años, fue trasladado de emergencia al Hospital Sirio-Libanés en la noche del lunes, luego de sentir dolores de cabeza que los doctores atribuyeron a la caída que sufrió en el baño de su casa hace dos meses.

El médico Roberto Kalil, que lidera el equipo que atiende al mandatario, explicó ayer en conferencia de prensa que Lula "fue sometido a una cirugía para drenar el sangrado en el cerebro”. Agregó que la operación duró cerca de dos horas y que se desarrolló "sin complicaciones".

Según detalló el especialista, el presidente se encuentra “estable, conversando con normalidad y alimentándose", y "no tuvo ninguna secuela”. Afirmó que Lula estará las próximas 48 horas "en observación" en la Unidad de Cuidados Intensivos, y permanecerá hospitalizado hasta "la semana próxima".

Por su parte, el ministro de Comunicación, Paulo Pimenta, dijo a la radio Gaúcha que "en principio” no se considera necesario que haya un “apartamiento (temporal) formal del presidente”.

La Constitución brasileña prevé que el vicepresidente puede asumir temporalmente las funciones del jefe del Estado, pero no especifica quién debe tomar tal decisión, ni los criterios que deben observarse.