Alejado el peligro de aprobación del plebiscito de reforma con rango constitucional del sistema previsional, según coinciden todas las encuestas conocidas, también se da lo increíble, según las mismas encuestadoras, hay una posibilidad de que el bloque de la izquierda extrema que apoya al Frente Amplio con sus escasos sectores moderados, alcance el domingo la mayoría parlamentaria, y por lo tanto, el gobierno nacional un mes después. No suena lógica esta última posibilidad. Porque no sería la conducta esperable de un electorado que felizmente, se expresa con coherencia en un tema que propone notoriamente torpedear el futuro del país y que apostaría a retroceder en una serie de temas y problemas nacionales, donde desde nuestra óptica, algo se avanzó como en educación, ordenamiento económico, seguridad y principalmente no cayendo en proyectos faraónicos con destino al fracaso con alto costo, como paso durante los 15 años de gobierno del Frente Amplio. Que hay problemas, como falta de trabajo, sectores sumidos en la pobreza, expansión del consumo de drogas y notoria actividad de narcos, es cierto. 

Pero, recordemos que la droga fue una idea de Mujica, que como todas las suyas, fracasaron y nos sumieron en problemas financieros y sociales. Porque, tengamos en cuenta, que durante este gobierno, se han opuesto a todo lo que se propuso e impulsó el gobierno y la coalición republicana. Por todas esas razones, es que, para nosotros, que no somos ni nos creemos los dueños de la verdad, que tampoco tenemos la certeza de que puede pasar el domingo, esperamos que a nivel nacional siga gobernando la Coalición Republicana y en Salto, se recupere por algún candidato de la misma coalición, el gobierno departamental.  

Si por el contrario, la izquierda ganara el gobierno nacional, nosotros interpretamos que se daría una situación digna de estudio por politólogos, sociólogos y analistas, porque quebraría toda lógica. Porque nuestra sociedad, que entendemos es consciente de la importancia de mantener las reglas claras y un gobierno previsible, pondría en riesgo lo que se ha logrado. Porque, por más enojo que un sector de votantes pueda tener con el actual gobierno, dado los problemas cotidianos que enfrenta o por las dudas que posee sobre su futuro, estimamos que si miramos los antecedentes y realizaciones de quienes lideran la fórmula del FA, es difícil confiar en que realicen una buena y hasta lógica administración.

Por ejemplo, Orsi en la Intendencia de Canelones, que como Lima acá, gobernó durante dos períodos seguidos, deja como saldo de su administración una deuda de 500 millones de dólares, sin solucionar problemas varios en su departamento. Por su parte Cosse, recordemos que, en su momento, presionó y priorizo construir el Antel Arena y no una obra que alentara y asegurara el abastecimiento de agua potable a la zona metropolitana. Todo lo que tomo notoria realidad, con la crisis vivida y agudizada por una seca histórica. De esta forma, consideramos que la izquierda se ha caracterizado, por alentar propuestas mas voluntaristas que realistas. Todo lo que termina costando millones y millones de dólares que paga inevitablemente Juan Pueblo. 

En estos últimos cuatro días de campaña, las miradas están atentos a los últimos mensajes de los candidatos, a las entrevistas periodísticas, donde, notoriamente está ausente  Orsi y donde muchos miran, observan,  como Lacalle Pou, se mantiene firme, activo inaugurando obras, mostrando su cercanía y simpatías que genera en la gente, que le responde con un reconocimiento de popularidad, que al final de un gobierno, pocos han logrado. A todo esto, la coalición republicana, mas allá de oscuros vaticinios,  no solo va camino a cumplir un exitoso accionar en este primer quinquenio, sino que se proyecta con fuerza a consolidarse y  conformar de hecho,  un nuevo bipartidismo entre partidos y sectores de un amplio abanico de izquierda y derecha de centro,  que aspira hasta con lógica razón, a mantenerse en el gobierno nacional. Al menos así lo veo y deseo.