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Poco a poco , todos vamos entendiendo que el  anunciado y promocionado acuerdo comercial con la Unión Europea, tras la firma de lo que podemos denominar como un “pre acuerdo” en realidad, nada asegura para lo inmediato. Porque falta, nada más ni nada menos, que sea avalado y aprobado por todos los países y parlamentos que componen el bloque del Viejo Mundo. 

Donde, por otra parte, como es muy notorio hay una fuerte oposición lideraba por Francia  y varios países de Europa Central, donde la producción agropecuaria es importante. Producción que está fuertemente subsidiada. Algo que tiene un costo que al presente, para los problemas económicos que sufre Europa en general, pesan demasiado.  Todo lo que se ve agravado por los problemas que Alemania, el motor económico del Viejo Mundo, enfrenta, por los elevados costos que en materia energética esta sufriendo, desde que Rusia cortó el abastecimiento de gas y petroleo a la Unión Europea, por su apoyo a Ucrania.  Todo ello, repercutió en su industria, ya complicada por la  pérdida de competitividad ante el desarrollo y penetración mundial de la industria China. 

Si bien la relación entre China y el Mercosur ha experimentado un cambio desde el primer gobierno de Lula en Brasil, es innegable la importancia y dinamismo que ha tomado en la última década. En los últimos años, las relaciones entre ambos actores han mostrado un dinamismo importante, abriendo nuevas oportunidades comerciales y de inversión para la región. 

En agosto de este año, representantes de China y el Mercosur reanudaron las conversaciones para profundizar su relación. La reunión se realizó en Montevideo, y fue dirigida por el subsecretario de Relaciones Exteriores, Nicolás Albertoni.

Se estima que el Mercosur tiene un potencial de exportaciones a China del 67% de su oferta exportable, pero deben tenerse en cuenta ciertos factores. ¿Es China realmente un socio estratégico en lo comercial para el desarrollo del Mercosur ? Más allá de los productos primarios y materias primas, poco o más bien nada demanda en productos terminados  y  es muy fuerte en las ventas que realiza al bloque en materia de productos industrializados. 

Todos sabemos que en las relaciones bilaterales del Mercosur con China, pesan las distintas realidades, tanto desde el punto de vista político como económico. Esto impide que se alcancen posiciones comunes, lo que dificulta la profundización de las relaciones. 

Por ejemplo, la penetración de productos industriales originarios de China golpean de manera distinta en cada uno de los socios del Mercosur (particularmente en cuanto a su producción interna). Esto ha afectado, en especial, los intercambios regionales, que tienen un componente intraindustrial diferente al de las exportaciones extra zona de los socios basadas principalmente en productos primarios y agroindustriales. 

Existen mayores oportunidades de diversificación comercial para aquellos países con estructuras productivas más sofisticadas, pero cabe preguntarse si estas oportunidades lograrán cambiar el patrón comercial que actualmente define la relación entre los mercados que son la Unión Europea y el gigante de Asia, que compró en el Viejo Mundo, buena parte de industrias como la automotriz.

Cuando Lacalle Pou intentó avanzar en un TLC con China, se vio frenado por  las normas internas del Mercosur. Como se sabe, la idea de Brasil es acordar en bloque. En lo que le acompañaba,  hasta el gobierno argentino de Alberto Fernández. Ahora, con la presidencia de Javier Milei, la posición es abrir el Mercosur para que se pueda negociar tanto en bloque como en forma individual.

Una flexibilización, que fue reclamada y nunca atendida por el saliente gobierno del presidente Lacalle Pou, al pesar, ya intereses contrapuestos, tanto en economía como en politica comerciales.

Hoy, la urgencia de Argentina, es a abrirse al mundo, como nunca antes lo intentó. Por su parte Brasil, muy complicado por un agudo deficit fiscal ( el gobierno de Lula gastó más de lo prudente) realizo una fuerte devaluación y se dice que entre enero y febrero dispondría otra. Todo en el marco de una suba mundial y en la región del dólar. A lo que se suma, la ya anunciada política proteccionistas de EE.UU. en cuanto asuma Trump. Todo lo que llevará a otro escenario, donde son previsibles más los problemas que los posibles acuerdos para alentar mas comercio entre países y bloques. Es bueno, desde ya tenerlo en cuenta.

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