La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

La costumbre hace que conmemoremos y celebremos cumpleaños y aniversarios, especialmente cuando se trata de números redondos. Estas fechas sirven para rememorar, para recordar, traer al presente algo del pasado, en este caso parte del proceso histórico que lleva a la Independencia, concretamente la etapa de lucha contra el Imperio de Brasil.

Conocer las particularidades de los hechos, profundizar y no quedar con el breve resumen, a veces hasta sesgado, que oportunamente escuchamos en la clase de historia de la escuela o liceo y que con los años probablemente olvidamos.

Entender razones, enriquecer el sentido común para reafirmar la identidad nacional sobre la base del conocimiento y del entendimiento del proceso histórico nos permitirá desarrollarla desde otros lugares y no solamente desde las épicas, militares o deportivas.

También celebrar es una oportunidad para poner en escena nuestra cultura, generar una movida que abarque diferentes ramas o disciplinas y que permita poner en valor a una cantidad de artistas a lo largo y ancho del país.

Promover que los compatriotas nos juntemos y compartamos el tiempo en torno a diversas actividades, desde grandes recitales hasta cine al aire libre o una charla de un profesor de historia en un club de barrio. Actividades y espacios en donde nos encontremos a construir comunidad y ciudadanía en torno a la reafirmación de la identidad cultural.

En mayo, el Poder Ejecutivo creó una comisión para organizar la conmemoración del bicentenario de la independencia. Publicó el decreto pero no vimos ningún avance en sus cometidos: calendario de actos y conmemoraciones, proyectos y eventos artístico – culturales, publicaciones, actividades de debate y reflexión histórica, concursos y premios nacionales en los ámbitos de: música, teatro, artes visuales, escultura, poesía, novela histórica y ensayos, eventos artísticos, competencias deportivas, actividades educativas, etc. Ojalá existan, sino habrá que acelerar el paso.

Estas fechas, son propicias para plantear algunas metas a mediano y largo plazo para la construcción de un futuro compartido.

El nuevo gobierno, está comprometido en convocar al diálogo por una serie de temas que requieren atención con la mirada a largo plazo y que no se puede estar inventando en cada cambio de gobierno. La seguridad social es uno de ellos. No solo las jubilaciones, que son un gran desafío por los cambios demográficos pero también por los cambios en el mundo del trabajo; pretende resolver que cobertura mínima les daremos a nuestros compatriotas, por paro, por problemas de salud, por incapacidades o dificultades para acceder al mercado de trabajo, etc. y como se financia.

También en seguridad, donde quedó claro que los delitos no bajan por acciones mágicas o porque dejen de tomar las denuncias, hay otras causas para atacar. Asociado a la temática del delito está presente el problema de la violencia, que lo supera y marca a toda la sociedad y necesita otras herramientas, apostando a una mejor convivencia. Implicará, por ejemplo, inversión grande y sostenida en la construcción de viviendas y hábitats dignos, con espacios públicos de calidad, con parques y plazas, pero también con infraestructuras capaces de albergar actividades sociales, culturales y deportivas al acceso de todas las personas.

Lo mismo podríamos plantear en educación, cuidado ambiental, inversión pública para el desarrollo, etc. Todo en clave de mejorar la calidad de vida de todos los uruguayos.

Además, para garantizar derechos y construir ciudadanía, nos debemos una discusión en profundidad y sin eslóganes sobre la instrumentación del voto de los compatriotas que, por diferentes motivos están en el exterior. Está claro que tienen el Derecho Constitucional a votar y si vienen lo hacen. Tal es así que políticos de todos los partidos hacen actividades proselitistas en Buenos Aires donde hay muchos uruguayos viviendo. Pero solo pueden votar quienes en ese momento tengan tiempo y dinero para viajar a votar, y un derecho para algunos pocos se transforma en un privilegio.

La construcción de una ciudadanía basada en derechos nos lo exige, el bicentenario es una oportunidad para ponerlo sobre la mesa y empezar a resolver.

Comentarios potenciados por CComment

Ranking
Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.