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A horas nada más de la tradicional fiesta de la familia, la movilidad generada por las compras de último momento, muestran un dinamismo que sorprende. Porque, ya hace varios días, que el centro, como el Salto Shopping y hasta los comercios de barrios, están enfrentando una demanda sostenida.

Muchos señalan que esta dinámica se debe a que todos han cobrado el medio aguinaldo y como ya ir de compras a Concordia, donde ya nada sirve, ha obligado a que se vuelque en la plaza salteña, lo que es evidente y es bueno que así sea. Porque tras esta serie de fiestas, que terminan el 6 de enero con los Reyes Magos y los regalos para los mas pequeños, principalmente, se vendrá un párate, que en general se mantiene hasta que llegue el Carnaval y el comienzo de las clases.

Mientras tanto, todo funciona, porque mas allá de que hay que lucir para Navidad alguna prenda nueva y que los regalos al pie del arbolito no deben faltar para ningún miembro de la familia, tanto caminar por el centro, lleva a tener un momento de descanso y de paso, se toma un refresco, se consume un bocadillo o helado y todo ello, alienta a otros rubros…

La crónica roja, ha estado bastante activa y ha pasado de todo. Pero preocupa la violencia que parece ganar cada día mas espacio. Así en video exhibido por redes sociales, se conocieron una serie de incidentes, que comenzaron por una fiesta de graduados de centros educativos privados, siguieron en otras zonas por integrantes de otros círculos sociales con rapiñas e incidentes, pero el más grave, un hecho de sangre en los alrededores de un “24 horas”, que en realidad nada tuvo que ver, pero al cual se lo vincula, generando una imagen que no es deseable ni justa. Pero así, son las cosas.

Para esta noche y en la madrugada y amanecer de Navidad, es deseable que la gente se cuide, especialmente quienes salen en vehículos. Es más que aconsejable que conduzcan con prudencia. Porque en estas fechas, como decía mi abuela, a veces el Diablo mete la cola y se dan incidentes, accidentes que nadie desea protagonizar ni presencia. Por eso, nada de acelerar en demasía ni  arriesgarse en innecesarias maniobras.

Pero, lo importante es disfrutar de esta fiesta, que todos viviremos en horas, por lo que vaya al lector, el deseo de que disfrute de una Feliz Navidad rodeado por sus afectos, aprovechando ese encuentro, para con abrazos y besos, manifestar cuando los quiere y recibir el mismo mensaje y vivir, así, felices horas porque valoremos que ese momento es único.

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