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En Uruguay hay dos bloques de pensamiento ideológico, el país está más o menos partido al medio en preferencias hacia un lado o a otro, a la Coalición Frente Amplio y la Coalición Republicana. Una es de signo socialista, progresista, y otra liberal, republicana.

La Coalición Republicana ahora formal antes llamada Coalición Multicolor de Gobierno es la consecuencia de la ultima reforma constitucional que impuso la modalidad de ballotage entre los dos candidatos mayoritarios electos de las elecciones presidenciales un mes antes. La primera fue la de 1999 entre Jorge Batlle y Tabaré Vázquez y fue un comienzo trabajoso, además de que las 7 plagas de Egipto cayeron sobre el país. La unión de colorados y blancos fue un buen acuerdo electoral para ganar las elecciones y detener el ascenso del Frente Amplio al poder. Fue la primera y ultima intentona para frenar a la izquierda coaligada desde 1971, pero al final y 5 años después llegaron a la presidencia del Uruguay. Sirvió para ganar pero no tanto para gobernar, ante la crisis caída en el país los blancos se retiraron del gobierno, lo dejaron solo al presidente Batlle para capear el temporal y recuperar la senda de crecimiento y prosperidad nacional. Pero fue un antecedente de como los dos partidos fundacionales y tradicionales, otrora enemigos y adversarios políticos, se habían unido, dirigentes, militantes y simpatizantes, para enfrentar al Frente Amplio convertido en amenaza electoral para ganar las elecciones.

 Durante tres períodos consecutivos la izquierda ganó las elecciones celebradas, largos 15 años en el poder con Tabaré Vázquez, José Mujica y nuevamente Tabaré Vázquez. En su gran mayoría y de hecho los ciudadanos blancos y colorados votaron juntos contra la alternativa de izquierda. Hasta que en 2019 ganaron la partida con Luis A. Lacalle Pou. Segundo en las elecciones de noviembre, negoció un acuerdo con las fuerzas de oposición al Frente y al candidato Daniel Martínez. Ganó por poco, pero ganó… Se hizo un acuerdo electoral y se elaboró un programa de gobierno a desarrollar. En menos de 30 días obtuvo la mayoría de las voluntades uruguayas.

¡Acuerdo electoral para ganarle al Frente sí! Pero sumado a un programa de gobierno posible y razonable producto de un sentimiento ideológico liberal, democrático y republicano que representaba a los grupos participantes. Conjugado un mínimo común denominador en el marco de la verdad histórica, los valores humanos, la libertad y el respeto a la legalidad democrática, participar de la globalización, la competencia, la apertura de mercados, el comercio con todo el mundo, el respeto al trabajo, la defensa de la familia y la promoción de la vida. Una especie de parlamentarismo europeo con un primer ministro que reúne a la mayoría del Parlamento para formar gobierno y asumir la magistratura, y seguramente lo hace a cambio de un acuerdo concreto con cargos a ejercer y acciones a emprender del gobierno constituido que representa la mayoría circunstancial. Ni más ni menos…

Y así llegan los blancos y colorados a estar juntos y a gobernar en pareja. La prueba de su éxito más simple y concreta fue en 1999 con la victoria de Jorge, incluso el 99% de los blancos votaron al candidato colorado y batllista sin chistar, ni mediar acuerdo de cúpula alguna, lo hicieron con las dos manos. Diez años después, en 2019, fue otra extraordinaria demostración de acuerdo nacional, de cooperación y acción conjunta por encima de las diferencias históricas y presentes, en un período más complejo por la naturaleza de los cambios para procesar y mantener en curso. Y desde luego, la Coalición Republicana obtuvo la mayoría en las urnas y luego gobernó durante los cinco años sin problemas.

La experiencia vivida con la pérdida de las últimas elecciones y de la mayoría parlamentaria de manos del Frente Amplio, indica que el destino manifiesto de la formalización de la Coalición Republicana como lema permanente y que los partidos integrantes de la misma lo integren a manera de sub lemas electorales. Esto es que la Coalición Republicana se extienda más allá de la existente en Montevideo, Canelones y Salto al resto de los departamentos del Uruguay. Esta solución no pudo ser así en esta oportunidad pero deberá serlo para el próximo ciclo electoral. Hay que saber interpretar el devenir de los tiempos y actuar sabiamente en consecuencia. De lo contrario no habrá futuro para blancos y colorados.

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