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La facilidad de acceder a obras literarias y a estudios analíticos a través de Internet ha modificado la forma en que se relaciona con la literatura.

Las plataformas, bibliotecas en línea y la disponibilidad de materiales de dominio público facilitan la consulta de una amplia gama de textos literarios y críticas, lo que le ha permitido leer trabajos clásicos, contemporáneos y críticos a una persona en cualquier parte del mundo sin necesidad de visitar una biblioteca física. Como afirma Tomás Albadalejo (2009). “La existencia de las construcciones web (sitos y páginas web) de autores constituye un importante elemento para el conocimiento literario, ya que por la agrupación de distintas obras o de informaciones sobre las mismas, así como por las posibilidades de comunicación interactiva esta se pone a disposición de la bidireccionalidad, siempre necesaria, entre autores y lectores”. En el ámbito educativo Pere Marqués (2012) señala: “Con la integración de las TIC en los centros (intranet, pizarras digitales en las aulas, salas multiuso...), se abren nuevas ventanas mundo que permiten a estudiantes y profesores el acceso a cualquier información necesaria en cualquier momento, la comunicación con compañeros y colegas de todo el planeta para intercambiar ideas y materiales, para trabajar juntos…”. Se entiende entonces que el fácil acceso a la información ha cambiado la forma en que el aprendizaje tiene lugar, ya que los estudiantes y los profesores pueden acceder a materiales actualizados, apuntes y literatura crítica que les enseña y les permite comprender las obras desde un punto de vista disciplinado y actualizado. Esto se puede observar a través de la encuesta llevada a cabo en el cuerpo docente, donde la mitad defendía a las TIC y la otra mitad defendía el formato papel, pero aún así todos llegaban a la conclusión que se trataba de una herramienta facilitadora.

Esto en un contexto educativo permite al docente presentar a los estudiantes obras que combinan texto con elementos multimedia, como imágenes, videos y sonidos, lo cual enriquece la interpretación y facilita una experiencia lectora multisensorial. Este tipo de literatura puede motivar a los estudiantes a interesarse más en la lectura y en la creación literaria, ya que se adapta a los lenguajes visuales y tecnológicos a los que están acostumbrados. También le permite a los alumnos crear sus propias obras a través de distintos medios de expresión. El pensamiento crítico es crucial en estos procesos, tanto crítico para formar un criterio para informarse adecuadamente, como una crítica a la hora de ser versátil y articular los conocimientos.

La digitalización tiene distintos factores que significan una amenaza al pensamiento crítico de los estudiantes: aprender pero no “aprehender”, los conocimientos sin una adquisición profunda, es decir, con pensamiento crítico que requieran procesos de aplicación, comparación y reflexión, son conocimientos superficiales que no duran en el tiempo ni preparan a los estudiantes como ciudadanos críticos; la Inteligencia artificial, la extrema facilidad con la que llega la información presenta un problema si los estudiantes se acostumbran a dejar el trabajo de construcción y producción a la IA; el plagio, el copiar y pegar sin criterio y sin valorar los derecho de autor. Otra problemática latente a la hora de llevar las tecnologías al aula es la de la distracción, sobre esta Jhon Harold plantea que, “Es difícil controlar este tipo de aulas, pero no podemos permitir que se confunda el aprendizaje con el juego. El juego puede servir para aprender, pero no siempre se aprende jugando.” Es lógico que la presencia de dispositivos como computadoras, tablets y teléfonos pueda desviar la atención de los estudiantes hacia contenidos no relacionados con el aprendizaje, como redes sociales, juegos o videos de entretenimiento. Esta distracción reduce el tiempo efectivo dedicado a actividades académicas y puede perjudicar el desarrollo de habilidades de concentración y enfoque, especialmente en una época donde la sobreestimulación digital es constante.

El lenguaje es otro factor que se encuentra deteriorado por la digitalización. Harold agrega más adelante que, “El uso excesivo de las tecnologías puede traer el desuso del esfuerzo tradicional, y que los estudiantes dejen de utilizar la escritura. Debido a que el pensamiento convergente es más cómodo, los maestros podemos utilizarlo únicamente y no hacer que nuestros alumnos piensen más allá de lo que el profesor pueda dar en los contenidos.”

En este sentido, es importante recordar que fomentar la escritura a mano y el pensamiento crítico en los estudiantes puede ser clave para desarrollar habilidades de reflexión y análisis más profundas en el aprendizaje. Además, en un mundo cada vez más digitalizado, el dominio de la escritura a mano puede convertirse en una habilidad diferenciadora y valiosa. La capacidad de expresarse de forma clara y efectiva a través de la escritura tradicional puede destacar a los individuos en un entorno donde la comunicación escrita sigue siendo fundamental en muchos ámbitos laborales y personales. Por lo tanto, es importante encontrar un equilibrio entre el uso de tecnologías y el desarrollo de habilidades tradicionales como la escritura a mano, para garantizar un crecimiento integral en los estudiantes.

 

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