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En nuestras recorridas por los barrios de la ciudad, hemos recogido versiones de almaceneros de menor porte, que llega cierta hora de la noche, casi en el cierre de su local ingresan desconocidos solicitándole dinero, algo que genera temor en quienes trabajan todo el día para obtener ganancias para su provecho o familia, y de esta manera optan por acceder al pedido de los desconocidos.-

 Es una modalidad que se arrastra desde hace mucho tiempo, y se acrecienta principalmente en el invierno, donde el trasiego de transeúntes y clientes es reducido. Estas personas se presentan en los comercios, mal vestidos, con señales de dormir y  vivir a la intemperie, muchas veces se han presentado con un arma blanca en la cintura y las muestran con el propósito de asustar a los comerciantes, dándoles a entender de que si no le dan lo que piden puede haber consecuencias.-

En los barrios y también en el centro

 Y esta situación no solo acontece en los comercios barriales, sino que hace pocos días la información policial daba cuenta de que en un local céntrico se presentó un desconocido y le pidió dinero a su propietario, y ante la negativa de éste, salió al exterior del local y pateó los contenedores de basura, por lo que se solicitó  la presencia policial y el iracundo malviviendo fue detenido y trasladado a una Seccional.-

No solamente en Montevideo, también en Salto

Lamentablemente, pensábamos que este tipo de situaciones se daba solamente en la capital del país, donde diariamente los informativos dan cuenta de este tipo de hechos delictivos, pero ahora se ha desplazado hacia el interior del país, y Salto no es la excepción. Pero a todo, estos hechos se pueden abordar desde varias  lecturas, porque estos episodios son ajenos a la administración gubernamental, no tiene la culpa la Intendencia o el gobierno nacional.-

Le piden dinero al bolichero...

Nuestros informantes nos decían que son personas jóvenes, que se presentan mal vestidos, con un aspecto que genera dudas las intenciones que tienen, y que muchas veces tienen rastros de haber consumido drogas o bebidas, y sus modos de vida son diferentes a quienes se levantan todos los días bien temprano para ir a trabajar, algo que este tipo de individuos no lo hacen, les queda más fácil ir a pedirles plata al bolichero, dinero que seguramente no lo utilizará para comprar comida.-

Temor por las represalias...

Varios de los comerciantes que hemos entrevistado, nos decían que acceden a darles dinero, por temor a las represalias, a que en horas de la madrugada le rompan algo, o directamente entren al local a robarles mercaderías. Y esa es la coyuntura que se presenta, darles el dinero que piden o esperar acciones que después tengan que lamentar.-

  

 

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