“La educación es un acto de amor” /
El testimonio de docentes que marcaron generaciones
En el cálido ambiente de una sala de streaming, LA PRENSA ofreció una entrevista cargada de nostalgia, reflexión y amor por la educación. Las protagonistas fueron Jisela Chub y Luisa Sarasua, son dos docentes recientemente jubiladas que dedicaron más de 40 años de sus vidas al emblemático Liceo Piloto, también conocido como Liceo Grompone. La charla se convirtió en un homenaje a su trayectoria y un análisis de los retos actuales de la educación.
Un legado de dedicación y compromiso
Luisa Sarasua comenzó la conversación rememorando sus 41 años de servicio, una etapa que describió como “maravillosa” y llena de aprendizajes. “Lo hice con tanto amor y dedicación que lo volvería a hacer sin pensarlo”. Esta frase resumió el espíritu de ambas docentes, quienes no solo cumplieron con su rol académico, sino que dejaron huellas imborrables en las vidas de sus estudiantes. Por su parte, Jisela Chub recordó cómo llegó al rol de adscripta por casualidad. “Pensaba ser docente de matemáticas, pero me enamoré de este trabajo. Para mí, ir al liceo era un placer; era mi segunda casa”. Ambas coincidieron en que su labor consistía en ser un nexo entre estudiantes, familias, docentes y la dirección, convirtiéndose en verdaderos pilares dentro de la institución.
El rol del adscrpito: más que un puente educativo
El trabajo de las adscriptas no solo implicaba coordinar horarios o resolver conflictos puntuales, sino también construir relaciones de confianza con los estudiantes. “Hacíamos de madres, psicólogas, médicas y enfermeras”, comentó Jisela entre risas, reflejando la naturaleza multifacética del rol. Luisa destacó cómo estas relaciones de cercanía permitieron identificar problemas personales en los jóvenes y ofrecerles el apoyo necesario para superarlos. “Un adolescente que está haciendo algo que no debe es porque algo le está pasando. Y nuestro trabajo era comprender y ayudar”. Ambas docentes remarcaron la importancia del compañerismo en el Liceo Piloto, el cual describieron como una gran familia. Esa sinergia entre colegas, estudiantes y padres fue clave para el éxito de la institución y el bienestar de los jóvenes.
Cambios en la sociedad y la educación
La entrevista también sirvió como espacio para reflexionar sobre los cambios que han transformado la educación en las últimas décadas. Luisa señaló cómo, en el pasado, la palabra de los docentes era incuestionable y respetada por las familias. Sin embargo, reconoció que en la actualidad “los padres cuestionan bastante” y se ha perdido esa relación de colaboración entre el hogar y la escuela. Por su parte, Jisela reflexionó sobre el impacto de la pandemia en las generaciones actuales. “Nos encontramos con alumnos que no te miran a la cara, que perdieron el hábito de hablar. Todo eso nos obligó a aprender nuevas formas de comunicación y a adaptarnos a sus necesidades”. Además, ambas coincidieron en que los adolescentes enfrentan hoy desafíos más complejos, desde problemas de salud mental hasta presiones sociales y familiares. “Ahora, la diversidad de situaciones y casos es impresionante. Nos ha tocado aprender a lidiar con una generación distinta”.
El reconocimiento de un trabajo bien hecho
Uno de los momentos más emotivos de la entrevista fue cuando ambas compartieron anécdotas sobre encuentros inesperados con exalumnos que, años después, las reconocieron y agradecieron por su labor. Jisela recordó cómo un antiguo estudiante se le acercó en el acto de egreso de su hija para decirle: “Gran parte de lo que soy hoy es gracias a vos”. Luisa también compartió historias similares, incluyendo una vez en la playa, donde un joven vendedor de artesanías le regaló un colgante como muestra de gratitud. “Esas cosas te llenan el corazón y te hacen reflexionar sobre el impacto que tuvimos en sus vidas”.
Un mensaje para las futuras generaciones
Al finalizar la entrevista ambas docentes enviaron un mensaje lleno de esperanza y amor a sus ex alumnos. Jisela expresó su deseo de que los jóvenes encuentren una carrera o vocación que amen y que no tengan miedo de empezar de nuevo si algo no les satisface. Por su parte, Luisa agradeció a todos aquellos que formaron parte de su vida profesional y les deseó felicidad y éxito en sus proyectos futuros.
Un modelo de amor y dedicación
La experiencia de Jisela Chub y Luisa Sarasua es un recordatorio de que la educación va más allá de impartir conocimientos. Se trata de construir relaciones, ofrecer apoyo emocional y formar seres humanos completos. En un mundo donde los valores educativos están en constante cambio, estas docentes representan un modelo de amor, respeto y compromiso que seguirá inspirando a generaciones futuras. Como ellas mismas señalaron, “la educación es un acto de amor”, y su legado es prueba de ello.
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