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En la tarde de ayer, DIARIO LA PRENSA adelantó la noticia: la sentencia dictada por la Jueza Dra. Claudia Melo de 29 años,en el caso del brutal femicidio de Tatiana González. Hoy, relatamos los hechos tal cual ocurrieron. Trabajaron conjuntamente  con el Dr. Augusto Martinicorena en la investigación y litigio los fiscales adscriptos Dres. Sara Tafernaberry y Eleazar Leal, en un caso que, seguramente,  demandó mucha dedicación y esfuerzo. La noche del 17 de agosto de 2022, la ciudad de Salto fue escenario de uno de los crímenes más estremecedores de los últimos años: el asesinato de Tatiana González, una mujer embarazada de siete meses, a manos de Milton Bertiz, su pareja durante más de dos décadas.

Un viaje premeditado y un plan mortal

Milton Bertiz partió desde Montevideo hacia Salto con un objetivo claro: terminar con la vida de Tatiana. Para evitar ser reconocido, alquiló un auto y adquirió de forma irregular un revólver calibre 38 Special. Tatiana, por su parte, viajó desde Concordia para encontrarse con él, sin imaginar el destino fatal que la aguardaba. La cita fue pactada cerca de la zona de ingreso a “Aguas Salto”, un lugar oscuro y apartado, ideal para ocultar un crimen.

El brutal desenlace

Ya caída la noche, Bertiz llevó a Tatiana a ese paraje solitario. Allí, la agredió de manera salvaje: le disparó al menos dos veces y la golpeó brutalmente con la culata del arma, provocándole 19 heridas corto-contusas, fractura de cráneo y la pérdida de varias piezas dentarias. La muerte de Tatiana fue lenta y dolorosa. Luego, Bertiz arrastró el cuerpo, lo cubrió con maleza y follaje para dificultar su hallazgo y se deshizo del arma homicida.

Un embarazo y una mentira mortal

Tatiana cursaba un embarazo avanzado de entre 28 y 32 semanas. Según la médico forense, la niña por nacer tenía un desarrollo normal y murió después que su madre. La investigación determinó que la bebé no era hija biológica del imputado, un dato que, según pericias psicológicas, fue detonante en el accionar del acusado, quien sentía que Tatiana le mentía y lo excluía de su vida.

El rastro del asesino

Tras el crimen, el hoy condenado intentó borrar sus huellas: abandonó el auto de la víctima en una calle apartada, descartó ropa ensangrentada en un arroyo y pasó la noche en un motel. Al día siguiente, fue visto por la policía en actitud sospechosa, intentando deshacerse de bolsas bajo un puente. La investigación fue rápida y eficaz: cámaras de vigilancia, testimonios y pericias forenses permitieron reconstruir el recorrido de Bertiz y hallar el cuerpo de Tatiana, el arma utilizada y otros elementos clave para el juicio.

Un perfil narcisista y un contexto femicida

Las pericias psicológicas describieron a hombre  como una persona narcisista, con escasa tolerancia a la frustración y tendencia a tratar a los demás como objetos. Su relación con Tatiana estuvo marcada por el control, el desprecio y la violencia psicológica. Según  perito de la Fiscalía, el caso encuadra perfectamente en un contexto femicida: Tatiana fue asesinada por su condición de mujer y por la decisión de imputado de ejercer poder absoluto sobre su vida y su muerte.

La búsqueda de justicia

El hallazgo del cuerpo y la rápida detención del hombre fueron posibles gracias a la denuncia de la madre de Tatiana y la colaboración de testigos y fuerzas policiales. El juicio oral dejó en evidencia la premeditación, la brutalidad y el desprecio por la vida de la víctima. La condena al imputado, por femicidio íntimo, busca sentar un precedente en la lucha contra la violencia de género y recordar que ninguna vida debe ser silenciada por el odio y el control. El caso de Tatiana González es un recordatorio doloroso de la urgencia de erradicar la violencia machista y de la importancia de la justicia para quienes ya no pueden alzar su voz.

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