La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

Se nos fue un amigo, un real hermano de la vida. De una amistad cultivada desde la niñez, potenciada en la adolescencia y mantenida en la madurez. De esas que aunque no cruzáramos palabras, por semanas, meses, se mantenía firme, por los afectos reales que nos profesamos. Sabíamos de su grave estado de salud, tras una caída sufrida en las habituales caminatas por la costanera. Se destaco por su generosidad y su amor por los deportes que practicaba; natación, voleibol, ciclismo, todos hasta con fanatismo. Siempre se destaco por su chispa para las bromas y la picardía. En mi memoria, atesoro miles de anécdotas y vivencias comunes, protagonizada por una “barra” que más allá de lo que deparó la vida, sigue viva en el corazón de cada uno de nosotros. Por eso, la partida de Miguel duele, y se hace realidad, aquello de que cuando un amigo se va, se produce un vacío que nada volverá a llenar. A  Manuela y al resto de la familia Ambrosoni Maccio, a su hermano Lauro, un fuerte abrazo y apostar a un reencuentro, cuando también partamos al más allá para seguir disfrutando de una amistad hermosa, de toda la vida.

Comentarios potenciados por CComment

Ranking
Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.

Podría Interesarte