Ricardo Pallares (Montevideo, 1941), a esta altura de los acontecimeintos puede parecer una obviedad decirlo pero siempre puede haber algún distraído, es uno de los grande Poetas (así, con mayúsculas) que tiene el Uruguay. Profesor, conferencista, crítico literario, en todas estas facetas tuvo destacadísima actuación. Y llegó un momento, ya en plena madurez (sesenta años) y luego de innumerables publicaciones de ensayos sobre literatura y educación, que se decidió por publicar poesía. La venía cultivando desde siempre, seguramente. Pero se hizo esperar, como pasa con las cosas buenas. Fue así que aparecieron “El lugar del vuelo” (2002), “Razón de olvido” (2003), “Ceniza del mar” (2007), “Amante geología” (2010), "Otro resplandor" (2020), "Como el amor y la peste" (2021).

Ahora “Anchas Avenidas”

Ahora, hace unos días nada más, apareció otro poemario: se llama "Anchas Avenidas", tiene 35 poemas, es editado por la editorial Sitio de poesía con auspicio de la Academia Nacional de Letras (de la que el autor es miembro), contiene ilustraciones de Raquel Barboza y los estudios de Tatiana Oroño y Mariella Nigro.

Pallares demuestra una vez más en este nuevo libro, que su poesía es tan original que no hay un solo verso que contenga una imagen que se aproxime siquiera a lo que solemos llamar “clichés” o “lugares comunes”. Cuando parece que hacia ahí se desvía, de inmediato el lector se sorprende con una metáfora que descoloca la percepción, que desautomatiza la mirada y el pensamiento sobre el mundo circundante. A veces, esa la función la cumple tan solo una sola palabra, casi siempre un sustantivo o un adjetivo utilizado de manera sorprendentemente inusual: “nubes traicionadas”, “natalicio despalabrado”.

Pallares tiene 83 años y la lucidez de su poesía, un encanto extraordinario…

POEMA 30

por las amplias vías

sin límites del tiempo

pasan fragmentos

perfumes de durazno

sudoraciones de miel

un todo momentáneo y viajero

el polvillo gris amarillento de la eternidad

y un perfil filoso de obelisco

las ilimitadas sendas del tiempo

también son arterias

vasos mayores hilos capilares

son agujero y circularidad

en ellas lo sombrío de los grandes nervios

tiene una llamita resplandesciente

dicen que el camino es de luz.

Que opinen las prologuistas:

“Estas anchas avenidas, metáfora probablemente inicial, acaso irónica, del advenimiento de sufrimientos y mutaciones corporales, son eje paradigmático de la avenida poética -de este mapa de avenidas poéticas- que recorre la poesía del último opus de Ricardo Pallares. Proteica, aquella metáfora deviene recurso de avenimiento para múltiples vertientes -observación, introspección, confesión, indagación estética, reflexión filosófica- en cuyo concierto se conjugan claves compositivas de una poesía en hondura, polifocal y de vocación metafísica. Se trata de un libro de singular intensidad que propone una lectura multidireccional cuya área de senderos y avenidas se expande visualmente con la intervención de los dibujos de Raquel Barboza -a quien está dedicado el volumen- como siempre animados de inspirada libertad formal y dominio expresivo de la línea, dos de los cuales cumplimentan apertura y cierre del volumen. Ese diálogo entre las voces del texto y su diáfana correspondencia visual ensancha los alcances de la propuesta existencial explorada en el libro”. Tatiana Oroño

“En este nuevo libro del profesor, académico y poeta Ricardo Pallares, se establece una recreación y traslación a la palabra poética de las peripecias del cuerpo, de los avatares de sus rincones y universos. Son imágenes sutiles, a veces, violentas, otras, siempre sorprendentes, contundentes isotopías que marcan una continuidad metonímica entre el mundo exterior y el cuerpo propio, como "la pared despojada y seca" que "se continúa en mi médula craquelada"; y también entre el cuerpo y la poesía, desde la primera figura del "arpón" del dolor que aprisiona la palabra y provoca una trasverberación corporal y espiritual, un vector perverso al que hay que ganarle, "porque si no dice o habla / se acaba el objeto y después ya no hay sujeto". Mariella Nigro