Australia acaba de aprobar una ley que prohíbe a los niños menores de 16 años usar redes sociales como TikTok, Instagram, Facebook y X, convirtiéndose en el primer país en tomar una medida de este tipo. La norma impuesta en el país de los canguros, exige a las empresas de las redes sociales no permitir que ningún menor de 16 años pueda abrir cuentas o usar sus plataformas. Quienes no respeten las medidas, estarán sujetas a multas de hasta 32 millones de dólares si no cumplen con las nuevas restricciones de edad.

La medida se adopto por el gobierno australiano, en base a que entiende que las redes sociales están generando un gran daño social, a lo que agregaron algo en lo cual, personalmente, coincidimos “Queremos que los niños australianos tengan una infancia.” Al presente y en nuestro país y aquí en Salto, como se da a nivel mundial, el nuevo “chupete” para los niños y adolescente y asi no “molestar” a los mayores son los celulares, las tablets y las notebook , tan presente en los  hogares.

Implementos, por los cuales, todos incursionamos en las populares redes sociales.

También Francia, aprobó leyes exigiendo que los niños y adolescentes tengan el consentimiento de sus padres para abrir cuentas en redes sociales. En Estados Unidos, varios estados aprobaron leyes que prohíbe a los menores de 14 años crear cuentas en las redes sociales sin consentimiento paterno.

De esta forma, hay un movimiento global para regular el acceso de los niños a las redes sociales, que viene creciendo, para felicidad y sumar millones a los bolsillos  de los magnates tecnológicos como Musk y Zuckerberg,  que en nada cuidan la salud mental de niños, adolescentes y algunos mayores que no se limitan en el uso de las redes y sus contenidos. 

Porque hay que tener en cuenta que varios estudios muestran que la adicción a las pantallas y el acoso en línea han contribuido a el desarrollo de una epidemia de depresión juvenil y hasta de mayores, en todo el mundo.

Algo que se denuncia en un libro de un psicólogo social de la Universidad de Nueva York que escribió el libro “La generación ansiosa”, sosteniendo que “Los niños necesitan desarrollarse primero en el mundo real, antes de que se les permita trasladar sus vidas al mundo virtual”. Se argumenta en ese sentido, que es mas deseable que los niños crezcan interactuando, jugando entre ellos, al aire libre y no encerrados y ante una pantalla, sin contactos con otros chicos como es deseable y necesario para su integración social. También se apunta a los adolescentes que en su transcurrir de inseguridad y anhelos, si por sus fotos y posteo, no reciben “me gusta” se sienten mal, son blancos de burlas y es inevitable que se sientan mal y fácilmente caen en cuadros depresivos, cuyos alcances pueden ser mínimos o graves.

No es fácil prohibir o tratar de limitar sus incursiones por las redes sociales, cuando el ejemplo en casa, seguramente no es el mejor. Apuntamos a los padres, abuelos, que también las usan constantemente. Algo que se ha transformado en un vicio. Todo lo cual, de una u otra forma, se apunta y sostiene  van marcando conductas, estilo de vida y una comunicación-incomunicación que incide en un cambio que no es bueno ni el mejor tanto en lo personal como para la vida en comunidad. Porque notoriamente las redes no son confiables, si atendemos como lamentablemente por ellas circula la mentira, el falso rumor, que se lanza cobardemente desde el anonimato, destruyendo la imagen y honor de personas, familias, instituciones. Todo lo que lastima mucho, mas allá de la franja etaria del actor, pero muchísimo más en niños y adolescentes que toman todo como cierto, veraz, lo que se comunica y trasmite por las redes, cuando esta probado que no es así y que hay quienes operan por ellas con maldad, por el simple y lamentable deseo de destruir.

El control de las redes, es sin duda muy difícil, por no decir imposible, porque los niños y adolescentes que han nacido y adoptado como parte de su vida, estar y ser parte de esta era digital, encontrarán la forma de escapar a los controles y accederán a como sea a las redes sociales. Responsabilidad, que sin duda, cabe, como han sabido definir tanto Australia como Francia y algunos estados de  EEUU.