La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, asumió ayer su tercer mandato. La ceremonia, realizada en la Asamblea Nacional en Caracas, estuvo marcada por la notable ausencia de líderes mundiales y la presencia limitada de representantes internacionales. Solo dos presidentes, Miguel Díaz-Canel de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua, asistieron personalmente, reflejando el aislamiento político que enfrenta el mandatario en el escenario global.

Discretas presencia de delegaciones diplomáticas

Según fuentes oficialistas, unas 100 delegaciones diplomáticas, principalmente de África y el Caribe, estuvieron presentes en el acto. Sin embargo, la mayoría de los asistentes fueron representantes de rango medio o funcionarios políticos de organizaciones internacionales como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Desde Rusia, llegó el presidente de la Duma (Parlamento) Viacheslav Volodin, en representación de Vladimir Putin, quien envió un mensaje de felicitación a Maduro. De manera similar, China designó a Wang Dongming, funcionario legislativo, para representar al presidente Xi Jinping. Bolivia envió a su canciller, Celinda Sosa, quien entregó un mensaje del presidente Luis Arce expresando apoyo al gobierno venezolano. En representación de Brasil, la embajadora Gilvania Maria de Oliveira estuvo presente en la ceremonia, destacando la decisión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de mantener una posición diplomática prudente.

Dos aliados firmes: Díaz-Canel y Ortega

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, fue recibido con honores y su llegada fue transmitida en vivo por la televisión estatal venezolana. Es uno de los principales aliados de Maduro, fortaleciendo la histórica relación entre ambas naciones.

Por su parte, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llegó de manera sorpresiva una vez iniciado el evento. Su participación reforzó la imagen de respaldo de los regímenes considerados autoritarios en la región. A su salida de la Asamblea Nacional, Ortega fue recibido por una multitud de seguidores chavistas, gesto que contrastó con las protestas registradas en varias ciudades venezolanas en la víspera del acto.

Protestas internacionales y aislamiento

El contexto internacional en torno a la toma de posesión de Maduro estuvo marcado por críticas y rechazo de varios países que no reconocen la legitimidad de su mandato. Desde 2013, cuando asumió por primera vez, el líder chavista ha enfrentado denuncias de irregularidades electorales y señalamientos de violaciones a los derechos humanos.

A pesar de la protesta mundial y las marchas de miles de venezolanos dentro y fuera del país, Maduro enfatizó la importancia de su gobierno en la región. Durante su discurso, hizo un llamado a fortalecer la "unidad de la Patria Grande" y destacó los vínculos históricos de Venezuela con África y el Caribe.

¿Un apoyo simbólico o estratégico?

La limitada asistencia de líderes internacionales subraya el aislamiento político de Venezuela, pero también evidencia la estrategia del gobierno de Maduro para mantener aliados clave en regiones como África, el Caribe y Asia. Delegaciones de países como Nigeria, Mali, Belarús y Serbia estuvieron presentes, reforzando la narrativa oficialista de un respaldo global en medio de las tensiones geopolíticas.

El secretario general de la OPEP, Haitham al-Ghais, destacó el papel histórico de Venezuela en la fundación del organismo, señalando que el país sigue siendo un actor relevante en el mercado petrolero. Sin embargo, el apoyo de estas delegaciones no compensa la ausencia de líderes de mayor peso político.

Una imagen que divide

Mientras Maduro y sus principales aliados, entre ellos la primera dama Cilia Flores y la vicepresidenta Delcy Rodríguez, celebraban la continuidad del gobierno chavista, el evento dejó en evidencia las profundas divisiones que atraviesan el país. La soledad en la juramentación no solo refleja el aislamiento internacional, sino también las tensiones internas de un pueblo que enfrenta graves crisis económicas y sociales.

En este tercer mandato, Maduro afronta un panorama político desafiante, donde la falta de legitimidad internacional y las crecientes demandas internas pondrán a prueba su capacidad para mantenerse en el poder.

Comentarios potenciados por CComment

Ranking
Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.

Podría Interesarte