Tres casos de estafas acaecidos en los últimos días, exponen cómo audaces delincuentes, utilizando una falsa página en internet, de una supuesta prestigiosa automotora, con atractivas ofertas, en cuanto a precios y facilidades de pago, lograron hacerse de varios miles de pesos y dólares, que exigían como “seña” para asegurar el atractivo negocio. Una de las víctimas, fue un salteño, cuya identidad, se mantiene en lógica reserva.

 Las autoridades advierten sobre el aumento de estos delitos

El auge de las redes sociales como espacio de compra y venta ha traído consigo una oleada de delitos que aprovechan la confianza de los usuarios. Tres recientes estafas registradas a nivel país, todas con un mismo modus operandi, revelan cómo los delincuentes logran engañar a compradores de vehículos y apoderarse de importantes sumas de dinero mediante transferencias bancarias.

Modus operandi: la trampa digital

Los casos tuvieron lugar en distintos puntos del país: Salto, Sarandí del Yí  y Ciudad del Carmen. En todos ellos, las víctimas encontraron anuncios de automotoras en redes sociales, principalmente en Facebook, que ofrecían vehículos a precios atractivos. Estas publicaciones, aparentemente legítimas, incluían imágenes de autos y condiciones que parecían reales, lo que incentivó a las víctimas a contactarse con los supuestos vendedores.

Una vez establecida la comunicación, los delincuentes actuaban con profesionalismo, emulando los procedimientos de venta de automotoras reales. Pedían señas para “reservar” el vehículo y solicitaban pagos adicionales por conceptos como transporte o trámites administrativos. Finalmente, desaparecían con el dinero, dejando a las víctimas sin respuestas ni posibilidades de recuperar lo perdido.

Casos concretos: pérdidas millonarias

Un vecino de nuestra ciudad, transfirió un total de $146.000 pesos tras creer que adquiría una camioneta. Los delincuentes exigieron tres pagos: 30.000 pesos como adelanto, 99.000 para completar la compra y 17.000 adicionales para el traslado del vehículo. Tras no recibir el vehículo, el comprador entendió que había sido víctima de una estafa y presentó una denuncia ante las autoridades locales.

Otro caso similar ocurrió en Sarandí del Yi, donde un hombre de 62 años transfirió 70.000 pesos a la cuenta de una mujer de 25 años que actuaba como intermediaria. Una vez concretado el pago, la mujer dejó de responder a los mensajes y llamadas, dejando al comprador sin vehículo y con importantes pérdidas económicas.

En Ciudad del Carmen, la estafa alcanzó los 2.000 dólares. Un hombre de 57 años se contactó con otra falsa automotora y realizó una transferencia inicial. Sin embargo, comenzó a sospechar cuando le pidieron 1.000 dólares adicionales. Al investigar más a fondo, descubrió que el nombre de la automotora era falso y que había sido víctima de un fraude.

Un fenómeno en crecimiento

Las estafas vinculadas a la compra de vehículos fueron protagonistas en 2024 y, según expertos, continúan en ascenso. Las autoridades uruguayas han señalado que los delincuentes aprovechan la falta de regulaciones claras en las plataformas digitales y la dificultad de verificar identidades en línea.

En este contexto, se ha intensificado la recomendación de tomar medidas preventivas: verificar la autenticidad de las empresas antes de realizar pagos, desconfiar de ofertas demasiado atractivas y buscar referencias en fuentes confiables. Además, se insta a las víctimas de este tipo de delitos a denunciar para facilitar las investigaciones y evitar que otros caigan en la trampa.

Los riesgos de las compras on line

Los tres casos, que vienen siendo investigados, son un recordatorio de los riesgos de las transacciones digitales y la necesidad de actuar con cautela al comprar bienes de alto valor en línea. Mientras las autoridades trabajan para desmantelar estas redes de estafadores, los ciudadanos deben mantenerse alerta y tomar decisiones, tras chequear la realidad de la firma y por ende del negocio, para así evitar caer en engaños. Evidentemente, la tecnología puede facilitar nuestras vidas, pero también exige estar más alertas y ser precavidos, para no caer en las sofisticadas maniobras que arman para delinquir.