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Orgulloso de ser salteño, de vivir en esta tierra generosa, celebró en esta jornada de 8 de noviembre de 2024, que nuestra querida capital departamental está cumpliendo sus jóvenes 286 años de fundación.

Años que si se quiere son pocos, en comparación con otras ciudades del mundo, pero es nuestro lugar, donde nacimos, crecimos y trabajamos con alegría, con logros y fracasos. Pero siempre, con esfuerzos, sacrificios y metas, que, hasta ahora, siempre se han logrado. Todas cualidades que se han ido transmitiendo por los líderes emprendedores que Salto a acunado. Imprimiendo, transmitiendo, ese espíritu de  progreso, de alcanzar objetivos, como notoriamente nos ha caracterizado y marca la historia reciente, donde por obra y gracias de ideas planteadas por visionarios, soñadores, pero decididos y empujados por líderes, se logró, como la construcción de la represa de Salto Grande,  la instalación primero de los cursos universitarios, hasta lograr la radicación de la Regional Salto de la Universidad de la República, quebrando así al centralismo montevideano,  abriendo la ruta tan transitada hoy, del desarrollo de la educación terciaria en forma física y presencial,  mediante regionales de la Udelar por casi todo el interior del país.  A lo que se sumó, el campus de la Universidad Católica del Uruguay.  Salto así, se convirtió en foco de desarrollo, educación y generación de energía que le sirve a todo el país, como hoy se reconoce y valora. Todo en el marco de un departamento turístico, primero por la emblemática termas del Arapey, donde se ubican dos hoteles 5 estrellas, servicio de altísimo nivel, en un privilegio compartido hasta hoy, solo con Montevideo y Punta del Este. A lo que se suma, el Hotel Horacio Quiroga, de otras 5 estrellas, con su parque termal y de juegos acuáticos con sistema de olas, único hasta ahora en el país. Todo complementado por las Termas del Dayman, donde hay dos parques termales, Acuamanía y la mayor disponibilidad de hospedajes del corredor termal.

Notoriamente, Salto Grande, se ha convertido por su puente binacional, en puerta de integración y entrada al país, para que países hermanos lleguen con sus producciones al puerto de Montevideo, que se ha convertido en natural y creciente punto de salida a mercados de ultramar.  Todo con perspectivas de explosivo crecimiento, con la posible y deseable utilización del lago- embalse y el rio Uruguay para cargas y transporte y la reimplantación del ferrocarril, que nunca se debió abandonar y si mantener y desarrollar como ahora se percibe, es necesario. Todo sumado a nuevas actividades deportivas y turísticas, que se dan en el lago de S. Grande, con más de 80 embarcaciones deportivas, mostrando una vocación y tendencia bastante desconocida e inexplorada por años. 

Nos llena de orgullo, ver como el sector hortícola – frutícola no solo se desarrolla en forma constante, sino cómo ha progresado y mejorado en su calidad y nivel de vida sus productores, lo que se comprueba, recorriendo el cinturón de esas explotaciones. A lo que se suma la producción ganadera, la arrocera de alto rendimiento y calidad.  Todo lo que sin duda, suma para valorar lo que es el departamento, a lo que se suma la tradicional y básica producción citrícola.
La historia de Salto se remonta al año 1750, cuando un contingente militar español llegó al lugar, donde ya había poblaciones indígenas, Nuestra hoy tan vibrante y nerviosa ciudad de Salto, comenzó su proceso de fundación oficialmente en 1756, cuando un grupo de españoles, bajo el liderazgo del gobernador José Joaquín de Viana, al que reconocemos con una amplia y larga avenida, estableció un asentamiento. 

Durante el Éxodo del Pueblo Oriental en 1811, José Artigas y sus seguidores acamparon en la zona de Salto Chico y desembocadura de San Antonio, donde hoy se erige un original y moderno monumento en honor a ese duro momento de los orientales. 

Salto tuvo una importancia militar significativa en las luchas independentistas y fue testigo de la participación del famoso revolucionario italiano Giuseppe Garibaldi durante la Guerra Grande, quien lideró la Legión Italiana. La llegada de inmigrantes italianos estableció una notable influencia que fue complementada por españoles, portugueses y de otras regiones europeas. Lo que se comprueba en las expresiones y costumbres culturales, además de la arquitectura de las añejas casonas que aún sobreviven y resisten al paso de la piqueta del progreso. 

Mostrando la particular personalidad de los salteños, recordemos que en 1855 y por 35 días, Salto llegó a declararse "República", al rechazar la población a jefe político designado por Montevideo. Lo que, entendido y atendido, llevó a dejar sin efecto la declaración independentista. 

Al presente, la ciudad, muestra un lamentable momento de abandono, de falta de organización, de mantenimiento, que seguramente se ha de superar para recuperar el brillo, la atracción y el liderazgo natural que siempre nos destacó. Al menos así, lo esperamos y deseamos.

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