Enseñanzas que dejaron octubre y noviembre
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy
La expresión ciudadana dejará mucha tela para cortar y así seguiremos tomando retazos de la elección que nos muestra cómo se desarrolló un comicio que fue ejemplar en todos sus aspectos, con funcionarios de la Corte Electoral comprometidos y un fallo inapelable que nadie cuestiona.
Fijémonos en esos países donde la gente se queda, donde el perdedor no acepta. Acá nada que ver, todo el mundo acepta el fallo sin chistar y la verdad que hay que asumir que se hizo todo bien pero no por obra del espíritu santo sino por un trabajo a conciencia de funcionarios y jerarcas comprometidos.
Después hay que empezar a poner el ojo en los resultados y decir que hay un primer análisis que se puede hacer y es que el Frente Amplio logró retener todos sus votos y en cambio la Coalición Republicana no lo logró. Es la primera medida, acaparar a los que ya te votaron, quedarse con ese porcentaje. El Frente Amplio lo vienen haciendo así siempre, ganando o perdiendo los que lo votan en octubre lo ratifican en noviembre y de por sí eso es un espaldarazo fuerte pues lo que se logra, se suma, en cambio para los otros partidos el escenario es distinto pues saben que tendrán que remar y mucho para mantener a sus propias tropas. Escenario al menos desafiante.
La otra regla que se cumplió es que el Frente Amplio siempre crece en los ballotage. Y si miramos en perspectiva, poniendo énfasis en todas las segundas vueltas que se han dado, el Frente Amplio crece. Esa es una regla que se ha dado y parece inalterable, las fuerzas de izquierda consiguen equis votos, y sobre esos votos sale a conseguir otros para la segunda vuelta, y los consigue. Le dará para ganar o no, pero sabe que sobre la base llegan nuevas preferencias ciudadanas, eso le da un respaldo enorme para este tipo de instancias.
También hay que pensar que de estas vueltas electorales, la de octubre y la de noviembre, dejan enseñanzas sobre las que hay volver a armar escenarios políticos. Por ejemplo, miremos cómo queda Cabildo Abierto que se quedó sin senadores y bajó de once a dos diputados. Un partido que gira en torno a una persona pero que quiere seguir incidiendo en la vida política nacional, que tiene representación en los diecinueve departamentos, y que ahora tendrá que empezar a zurcir de nuevo sobre una base muy menguada. Además, ya no es novedad la presencia de Cabildo y en la medida que llegó, nada menos que a doscientos setenta mil votos en su primer aparición, empezó a generar la llegada de dirigentes de todo el país y de todos los partidos que vieron en el lema del general una oportunidad para acercarse, relacionarse, y quizás lograr prebendas del Estado. Manini Ríos dijo que empezará en unos meses una gran autocrítica que sabrán por donde la harán, pero también deberán poner todo sobre la mesa, sus participaciones en los ministerios como lo de Irene Moreira, que no terminó de entenderse, o por qué no le sacaron más jugo al andamiaje de Julio Salinas al frente de Salud Púbica. Quizás si al médico se le hubiera cuidado más la imagen y puesta en escena se podrían haber logrado otros guarismos en las preferencias hacia los cabildantes, pero su salida hace más de dos años privó a su lema de un hombre probadamente sobrio, exitoso, que le aportó a la nación en los peores momentos de la pandemia y sin antecedentes previos de cómo enfrentar esa desgracia. La política también tiene eso, a veces la buena estrella queda lejos de las elecciones y la gente no termina de valorar.
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