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Y sí, al final era cierto, eran todos del mismo palo y militantes en el closet. Siempre nos quejamos que la Justicia y la Universidad eran coto de los marxistas, del primero al último. De algún palo tenían que ser, obvio, pero no tan literales, mayoritarios, a la vista tan flagrantemente, había que disimular un poco y cubrir las apariencias.

Yo estudié, de joven, en la Universidad Católica del Uruguay (en Montevideo), muy buenos docentes y excelente curricula, nunca tuve un problema ni sesgo ideológico, aunque sabía por supuesto que algunos profesores eran de izquierda. Pero funcionó todo bien, razonable y tolerable.

Después, de viejo me puse a estudiar Turismo en la Universidad de la República (en Salto) y las cosas fueron diferentes, casi todos los profesores con un manual en la cabeza que lo ponían en práctica al pie de la letra. Claro que conmigo, estudiante mayor de edad y con cierto conocimiento, no era sencillo lidiar, los enfrentaba, discutía, llamaba la atención, en cada uno de los temas que querían hacer pasar deformados, sesgados o descontextualizados. Me pasó con casi todos, hay honrosas excepciones, pero a los pesos pesados mismos le paraba el carro en seco, al final las cosas terminaban a las risas y como sana dialéctica en acción -según decían-, pero gracias a Dios los chicos, mis compañeros de clase, todos imberbes, escuchaban otra versión de los hechos, otro punto de vista, aunque sea una protesta al status quo reinante, en efecto que pensaran que ¡había otro mundo! Pero lo cierto que estaba lleno de docentes partidarios e ideologizados, de maneras más o menos evidentes y notorias, otros solapados y muchos agazapados, consciente e inconscientemente.

En la Justicia, también pasa algo parecido, aunque nunca me tocó caso alguno en particular que me afectara pero he sabido las críticas sobre fiscales y jueces, con causas que van volando y otras a paso de tortuga, de casos que se investigan y otros que quedan por el camino, de procedimientos y sentencias que ameritan sospechar prejuzgamientos por motivos ideológicos. Claro que hay excepciones y no conviene generalizar, como en el caso de la UDELAR, pero “que las brujas existen… si, existen y toman partido siempre y en toda ocasión”. En materia laboral, la justicia cierta y generalmente está a favor de los trabajadores, todo el mundo lo sabe y lo sufre, hecha la ley, hecha la trampa. Y ahora puntualmente, además, esta el nuevo Ministro de Trabajo Juan Castillo, ex sindicalista, ex presidente del PIT-CNT, compañero del actual mandamás de la Central Sindical Marcelo Abdala, senador comunista y secretario del Partido Comunista del Uruguay: ¿de qué lado estará en los conflictos entre patronales y trabajadores para la fijación de salarios y beneficios para unos y otros en la vida cotidiana? De cualquier lado siempre será dudoso, sospechoso y criticable, si del lado de los empresarios sería una herejía, si del lado de los trabajadores un capitán de la dictadura del proletariado… Ya ni cubren las apariencias.

El viejo y último Fiscal General de la Nación Jorge Diaz fue nombrado Pro-Secretario de la Presidencia. Siempre se dijo que era comunista y servía a los intereses estratégicos del Partido, lo acusaron de partidizar la fiscalía y de manejarla de acuerdo sus antojos mediante las filtraciones de información y carpetas de víctimas y acusados de turno. En sus largos años en la Fiscalía nombró y organizó a los fiscales de todo el país, los llevó para un lado para otro según su agenda, tanto es así que cuando se fue a ejercer la actividad privada fue acusado también de competencia desleal por sus colegas abogados porque conocía al dedillo a los operadores de la justicia y sus pormenores para manejar los asuntos a su favor. Y así siguieron los asuntos vinculados a las famosas filtraciones de información. Pues bien, este señor ahora es Pro Secretario presidencial, a calzón quitado es uno de los hombres más visibles y poderosos de la Nación. Y uno de sus allegados y en algún momento subordinado, compañero de ruta, correligionario y compañero es el nombrado Ministro del Interior, el ahora ex fiscal Carlos Negro. Abierta y rápidamente, saltó de la Fiscalía al Poder Ejecutivo… frentista, así nomás, prontamente y sin ningún pudor. Amigo íntimo del Pro Secretario de la Presidencia, el Monje Negro y Rasputin, Jorge Díaz.

Y a no olvidarse de Rodrigo Arim que salió expresamente del Rectorado de la Universidad de la República a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto de la República, un cargo a la par del Ministerio de Economía y Finanzas del Cr. Gabriel Odone. Yo creo que es una cuestión de protocolo y buenas costumbres, se pasan una vida haciendo gala de su neutralidad y equidistancia ideológica para decorar y endulzar su existencia funcional y bien remunerada para que a la primera de cambio saltar a lo más alto del poder ejecutivo en manos de la izquierda vencedora de las elecciones. Por otra parte quiero verlo ahora al ex rector disponer que clase de partidas presupuestales dispone a la Universidad de la Republica, al Hospital de Clínicas, a la descentralización universitaria a través de los Cenures del Interior del País.

Lo del título corresponde a los "dichos o memes" de la campaña electoral para la intendencia de Salto cuando acusaban a Orestes Lanza que detrás de su candidatura se escondía agazapado el verdadero candidato que era Juan H. Paiva. Finalmente los hechos se confirmaron, Lanza fue electo intendente pero a la postre nombrado Ministro de Gobierno Nacional y Paiva (el cangrejo debajo de la piedra) asumió la intendencia.

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