La frase “tarde como los bomberos” es de las más populares en esta parte del mundo y quizás en todas. Pero no debe tomarse como crítica a estos funcionarios (de los más sacrificados que existen y dispuestos a dar todo de sí por salvar a otros), sino como algo inevitable. Es decir, por supuesto que los bomberos van a llegar cuando el fuego ya hizo estragos; para que eso no ocurriera, tendrían que saber de antemano que va a ocurrir un incendio en tal lugar y a tal hora y salir un rato antes del destacamento. Es absurdo. Pero sí creemos que se puede mejorar la respuesta. Para ello se necesita la voluntad de quienes pueden cambiar algunas cosas, los que tienen realmente el poder de hacerlo.