Puede ser un muy buen año 2026
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

A pesar de que en los últimos tiempos se han cerrado emprendimientos productivos como pasó con la planta de Rivera de Conaprole y otros que vienen en caída, el desempleo se ha mantenido estable en el entorno del siete por ciento de la Población Económicamente Activa, esto es aquellos sectores de la población que tienen disposición a trabajar y capacidad de hacerlo. Allí están los ocupados, los desocupados y los subocupados. Por lo que el país asiste a una situación singular que no puede dejar de analizar que es el hecho de que están surgiendo, por otro lado, emprendimientos lo que hacen al dinamismo de la economía.
En todo esto son clave algunas variables que no controlamos como por ejemplo el precio del petróleo, la situación de (eterna) inestabilidad en la Argentina. Acá es fundamental que se regularicen los hermanos del Plata pues de allí llegan y van productos y, sobre todo, corrientes turísticas clave para nuestro desarrollo. Pero de todas maneras creemos que la nación puede tener un muy buen año 2026 pues se está avanzando en muchas áreas que fortalecen la economía y dan espacio de trabajo. Claro que en un mundo tan cambiante y con tantos conflictos nada es definitivo, miremos lo que cuesta cerrar cualquier acuerdo a nivel internacional.
Pero a la larga la estabilidad y la seguridad jurídica del Uruguay van sacando diferencias que es bueno consolidar por un lado y tratar de ampliar por otro. Quizás, como decía Julio María Sanguinetti, es tiempo de consolidar lo que tenemos y no tener en la cabeza las aventuras de dar grandes saltos al vacío en aras de un progreso que podrá venir o no.
También dependemos, por ejemplo y lo hemos sufrido, de no tener que enfrentar grandes condiciones adversas naturales como lluvias extremas que traigan inundaciones o grandes sequías que mermen la producción o nos hagan sufrir como hace unos años que la Zona Metropolitana casi queda sin agua.
Hay dos motores clave que no pueden parar, uno es el de la pesca que dejó muy mal sabor de boca por el nivel de enfrentamiento que llevó meses, paralizó la industria, dejó pérdidas para todos, e hizo que el país incumpliera compromisos internacionales de envíos de producción. De a poco se está regularizando un sector clave de la economía, que, como todo, se valora cuando falta o detiene sus actividades. Sobre esas bases es clave que acá se vuelva a la regularidad a partir de lo cual se podrá tener un buen apoyo para el desarrollo económico. A esto hay que sumarle el sector de la lechería cuyo gremio es duro si los hay, incluso atentando contra sus propias posibilidades pero no les importa, son así. Acá hay una industria muy importante pues le da vida a unidades productivas chicas, medianas y grandes en todo el país, incluso en Salto. Son cientos de tambos que tienen una dinámica fundamental para esos lugares y que le dan trabajo a familias, a empleados, a veterinarios, a transportistas en todo el territorio nacional.
Naturalmente que la dinámica productiva del país es mucho más extensa pero si estas dos ramas siguen funcionando normalmente, aunque no crezcan ayudan a toda la nación y dan la posibilidad de trabajo a miles de uruguayos amén de dinamizar las exportaciones a destinos de todo el mundo.
A eso se suma ni hablar la industria cárnica, que nunca es sencilla pero que le da aire, y dólares, a todo el país. Estos motores, más el turismo sobre el que habremos de volver en detalle, pueden ser las clave de un país que tiene todo para crecer al principio y que no podemos soslayar pues hay ganas, seguridad jurídica, capital humano.
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