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Un trabajador muy querido

 Miguel Núñez tiene 74 años y es uno de los cuidacoches más conocidos del centro de Salto. Desde hace años, su presencia es habitual en calle Treinta y Tres, casi Artigas, donde trabaja con dedicación y respeto, ayudando a conductores y vecinos.


Un ataque violento e injustificado

La noche del lunes, tras finalizar su jornada, Miguel se dirigía a su hogar en el barrio Salto Nuevo cuando fue interceptado por una patota en el Puente Sarandí.  Los agresores lo golpearon con brutalidad y le robaron toda la recaudación del día, además de otras pertenencias personales. El hecho generó profunda indignación entre sus compañeros y vecinos, que no salen de su asombro ante tanta violencia.

Reclamos por más seguridad

“Las autoridades nos controlan, nos piden papeles, nos persiguen por trabajar… y mientras tanto, en las calles andan estos delincuentes sueltos haciendo lo que quieren”, expresó uno de sus colegas cuidacoches, reflejando el malestar general del sector. El caso volvió a poner en evidencia la inseguridad que padecen los trabajadores informales, quienes realizan su tarea a la intemperie y sin ningún tipo de protección.

Solidaridad con Miguel

Amigos y compañeros de Miguel organizaron una colecta solidaria para ayudarlo a recuperarse de las pérdidas sufridas. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo en el quiosco Jimmy Boom, ubicado en Treinta y Tres entre Uruguay y Artigas. La comunidad salteña se ha movilizado en apoyo a un hombre humilde, querido y respetado, víctima de una violencia tan injusta como absurda.

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